Republica del Zulia

Julio Portillo: Necesitamos entonces promover el regionalismo como protesta al excesivo centralismo en todos los órdenes. Tenemos que despertar la conciencia política de la provincia.

lunes, 23 de octubre de 2017

De Babel a la claridad, Neuro J. Villalobos Rincón / Exrector de LUZ

“Venezuela se constituye en un Estado democrático y social de derecho y de justicia, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico y de su actuación, la vida, la libertad, la justicia, la igualdad, la solidaridad, la democracia, la responsabilidad social y en general, la preeminencia de los derechos humanos, la ética y el pluralismo político”. Art. 2 de la Constitución Nacional.

Desde fuera el país luce como una inmensa torre de Babel. Urge que nos calmemos y aclaremos. Demasiada confusión y espíritus exaltados que crean una situación difícil para ser descifrada por propios y extraños que no han vivido o investigado sobre nuestra realidad republicana; que no conoce nuestros antecedentes históricos y contemporáneos, nuestra cultura caribeña, nuestro entramado jurídico, ni la orientación ideológica de los partidos políticos; ni el escenario en que cada uno apareció en la vida política del país; ni los intereses particulares y grupales, internos y externos.

Yo me confieso como uno de los ilusos que creyó que tanta degradación política no era posible y que el desbarajuste económico era intolerable por los niveles que alcanzó durante el chavismo, e insostenible por el madurismo. Llegué a pensar que esa espantosa situación nos obligaría a una reagrupación de carácter político donde sólo existirían tres grandes corrientes o tendencias: los socialdemócratas, los socialcristianos y los socialistas, como una reducida minoría.

Después de las elecciones regionales del 15-O de este año, los regentes de Miraflores y La Habana deben estar frotándose las manos y burlándose de todos los venezolanos que mantenemos nuestra fe en la democracia, no solo por las trampas electorales que perfeccionan en cada evento que realizan a su conveniencia, sino por la discordia creada entre sus adversarios que los favorece y atornilla en el poder. Resulta decepcionante, frustrante y confuso, leer, oír y ver gente y dirigentes del sector democrático del país, todos con un mismo objetivo y deseo, con análisis denigrantes, epítetos injuriosos y conclusiones delirantes contra nosotros mismos y la MUD, lo cual favorece al régimen y algunos intereses personales y grupales.

El país y el mundo entero exige un comportamiento político más reposado, más centrado y consensuado, más trascendente, más acorde con nuestro tiempo y espacio. Exige la aparición de más líderes y menos caudillos y mesías. No andamos en la búsqueda de héroes, sino de líderes que nos ubiquen en una realidad geopolítica y geoeconómica con inteligencia, que tomen en cuenta el destino de la nación. Que atiendan algo tan sencillo y difícil a la vez para cualquier nación, como lo es, que sus ciudadanos vivan bien, con tranquilidad, prosperidad y paz.

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