Republica del Zulia

Julio Portillo: Necesitamos entonces promover el regionalismo como protesta al excesivo centralismo en todos los órdenes. Tenemos que despertar la conciencia política de la provincia.

domingo, 13 de agosto de 2017

Paradojas y general hambre, AMÉRICO MARTÍN

Impresiona el aislamiento de los mandamases de esta parte del mundo. Su mala fama lo invade todo, desde la más grotesca violación de DDHH y la destrucción institucional hasta el hambre general que podría convertirse en general hambre. La paradoja quiere que mientras se eleva en el vacío el platillo que mide el descrédito oficialista, sea incalculable el que refleja el universal prestigio del linaje venezolano en su sobrehumana lucha por el luminoso porvenir de prosperidad y democracia que honrará su coraje, su nobleza y su inteligencia. Aquellos destruyen lo que estos resucitarán. El mundo reparte sus sentimientos entre el más frontal rechazo a los mandamases y la más rendida admiración hacia sus irreductibles víctimas.

Es una desgracia que una ridícula minoría –eso sí, con misiles por colmillos– se empeñe en eternizarse en el poder. La codicia, el miedo, la falta de imaginación le impiden ver que su destino está marcado: perderá, pero es mejor salir bajo la protección constitucional que seguir atizando el huracán de la ira colectiva. Entregarse a las furias helénicas es el peor destino. Podrían evitárselo, pero la irracionalidad los ciega.

Distinguidos líderes nos honran al calificar al nuestro como el pueblo más valiente del planeta e instar a seguir el ejemplo venezolano, mientras nos otorgan su cálida amistad. Esa amistad se volcará sobre nuestra maltratada nación una vez materializados el cambio democrático y la alternación pacífica y constitucional que ya asoman en el horizonte. Con restablecida fortaleza estaremos obligados a reunificar el país, sumar lo que podamos, atraer o cuando menos neutralizar adversarios y acumular la energía necesaria para edificar el país que merecemos.

La segunda paradoja viste uniforme militar y calza botas de campaña. Habiendo esquilmado, hambreado al pueblo y destruido su capacidad productiva, este gobierno perdió en forma desoladora el respaldo ciudadano y desguazó las alianzas internacionales que con las alforjas llenas llegó a enhebrar. La selva se le convirtió en desierto. ¿Y ahora quién podrá ayudarlo? Parece que ni el chapulín, por muy colorado que sea.

Se pregona que los militares lo sostienen. La necesaria disciplina castrense no puede cimentarse en la inconstitucionalidad. Nada de golpes. Solo respetar y hacer respetar la Ley Fundamental ¿Acaso se gana con la dialéctica de la sangre? Derogar la Constitución y entregar el poder a una cacareada ANC sin y contra el pueblo, es el infierno dantesco.

La inconformidad militar se visibilizó en Valencia. ¿Golpe? …no parece. Quizá fuera una insospechada operación que burló a la inteligencia militar. Tal vez un indicio parecido a los que moverían a Talleyrand a aconsejarle a Bonaparte:
Sire, las bayonetas sirven para todo, menos para sentarse sobre ellas.

Que la descomunal fuerza del cambio supere pacíficamente la tragedia parece menos oneroso que uniformar de general el hambre general.

¡Hermosa paradoja si en lugar de disparar contra compatriotas inermes, enfundan el arma y le ponen el hombro a nuestra amada y desarmada Venezuela!

http://www.talcualdigital.com/

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