Republica del Zulia

Julio Portillo: Necesitamos entonces promover el regionalismo como protesta al excesivo centralismo en todos los órdenes. Tenemos que despertar la conciencia política de la provincia.

martes, 16 de mayo de 2017

La tempestad. SIMON GARCIA.

Durante años la sembraron. Pero a partir de Maduro los errores, el saqueo del país, la destrucción de la economía y el empeoramiento de las condiciones de vida la han desatado con un encrespamiento que ya nadie quiere soportar.

El dilema es claro: cambiar de modelo y gobierno o extinguirnos por mengua. Defender la vigencia de la Constitución de 1999 o permitir la instauración de una dictadura.

La relación de fuerzas está a la vista. Más del 80% de los venezolanos rechazan a Maduro y su cúpula. Ese porcentaje incluye civiles y militares, una juventud peleando su derecho a tener futuro y gente de tercera edad, del barrio y urbalizaciones, profesionales y productores.

Al gobierno, sin conexión con un proyecto de transformación social, lo controla una maraña. Ella no está guiada por ideas o conveniencias del partido oficial, sino por mantener y aumentar intereses y privilegios “económicos”, muchos de los cuales constituyen delitos.

La maraña otorga impunidad, como ha sido denunciado públicamente, a quienes han robado al Estado, a personajes señalados de estar implicados en narcotráfico, a mafias de contrabando y violadores de los derechos humanos.

La maraña es una estructura de economía criminal que intenta extender sus comportamientos ilegales a todas las instancias y niveles del Estado. Esa intención de involucrar a más personas con menos del botín, busca usar las instituciones como su anillo de seguridad y al ejército como su fuerza de protección particular.

La operación que hoy Maduro impulsa es el fin de la democracia y la ruptura definitiva con la Constitución. Envuelve el propósito de evitar las elecciones de Gobernadores y no convocar la de Alcaldes. En lugar de ellas, Maduro “convoca” a una parodia de Asamblea Constituyente sin que el pueblo, depositario de una soberanía intransferible, decida si la convoca y el número y forma de elegir a sus miembros. Eso lo decide el dictador.

Los miembros de los poderes públicos y de las Fuerzas Armadas deben respetar la Constitución para que los cambios ocurran en paz y contribuir a conquistar un país de justicia y libertad. Esa es un confiable hacia la paz que todos deseamos recobrar.

Todos los venezolanos ajenos a convertir la tempestad en sunamis de violencia y tiranía, tengan la ideología que sea, tienen un papel activo en la reconstrucción de un país en convivencia y en el marco de la Constitución de 1999.

Trabajar para ganar el cambio es actuar para disminuir las ventajas temporales de la cúpula, debilitar a quienes quieren constitucionalizar una dictadura. Para derrotarlos hay que encontrar puntos de coincidencia con el chavismo que no comparte el plan dictatorial. Ampliar la unidad e incorporar nuevos actores es decisivo para evitar que la tempestad totalitaria termine de destruir a Venezuela.

@garciasim

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