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lunes, 29 de agosto de 2016

Fin de un ciclo: el Partido de los Trabajadores busca sobrevivir a la peor crisis de su historia - Jean Palou Egoaguirre

Foto:FRANCE PRESSE
"Y yo, que tantas veces fui acusado de no tener un título universitario, consigo ahora mi primer diploma: el título de Presidente de la República de mi país", exclamaba entre lágrimas de emoción Luiz Inácio Lula da Silva al asumir su primer mandato el 1 de enero de 2003.

En su cuarta candidatura presidencial, el carismático ex tornero y líder sindicalista, convertido en un símbolo de la clase obrera que irrumpía en la elitista política brasileña, encumbraba finalmente al izquierdista Partido de los Trabajadores (PT) al poder, iniciando un controvertido ciclo de 13 años -el período más largo de un partido elegido democráticamente en la historia de Brasil- que termina abruptamente ahora en medio del juicio político contra su sucesora y discípula, Dilma Rousseff.

Salido de las fábricas de Sao Paulo, el PT fue fundado en 1980 por una amalgama de sindicalistas, intelectuales de izquierda, ex guerrilleros, estudiantes opositores a la dictadura y grupos eclesiales ligados a la Teología de la Liberación, cuyas bases ven hoy cómo la agrupación se ha intoxicado con todo aquello que criticaban en sus orígenes. "El PT se alzó como una propuesta alternativa a la cultura política brasileña tradicional, pero terminó por abrazar esa misma cultura", reconoció Humberto Costa, líder del partido en el Senado, apuntando a cómo las banderas de la inclusión social y la ética obrera, que calaron hondo en el electorado petista, se fueron desdibujando con casos de corrupción como el mensalão y el escándalo en Petrobras.

El éxito económico de la década pasada de Brasil, que se posicionó como un modelo de potencia emergente, ayudó a camuflar los vicios de un PT que se creyó intocable. Sin embargo, en medio de la desesperada situación económica actual, el partido ahora comparte la misma espiral descendente que Rousseff, en lo que se ha calificado como la peor crisis política de su historia.

Desacreditada y aislada, la agrupación de la estrella roja enfrenta el desafío de ser oposición, con la urgencia de que en octubre se celebran elecciones municipales -donde su pronóstico es muy malo- y de que se prevé que la campaña para las presidenciales de 2018 comenzará en el mismo instante que Dilma deje el poder.

"Este es un fin de ciclo para el PT. El partido tendrá que reinventarse, buscando nuevas alianzas y nuevas formas de presentarse ante el electorado, especialmente ante la clase media y las élites económicas y políticas", comenta Paulo Calmon, director del Instituto de Ciencia Política de la Universidad de Brasilia, quien apuntó a las fragilidades del modelo político petista que quedaron en evidencia en la actual crisis. "El PT adoptó una estrategia de construir una coalición parlamentaria grande, pero muy frágil y oportunista, que rápidamente se vino abajo con el desgaste causado por los episodios del caso Lava Jato y la crisis económica", recalca.

¿Giro a la izquierda?

Para muchos dirigentes del partido, la vía de salvación del PT es volver a sus orígenes en la izquierda, reagrupándose con sus organizaciones "de base", como el Movimiento de los Sin Tierra (MST) y la Central Única de Trabajadores (CUT), los pocos grupos que se mantuvieron firmes defendiendo a Rousseff.

Leer mas: http://diario.elmercurio.com/2016/08/28/internacional/internacional/noticias/99E0A3B3-89BD-432D-9145-7AE66946971D.htm

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