Sin querer queriendo, EEUU se la cobra a Rusia, Irán y Venezuela. Derrumbe en los precios del petróleo causa un realineamiento en la geopolítica y afecta a gobiernos hostiles a Washington. Países del Caribe y de América Latina podrían ser afectados por el colapso en las finanzas del tío regalón
¿Fue la caída en los precios del crudo orquestada por Estados Unidos y Arabia Saudí para dañar a sus principales enemigos: Rusia, Irán y Venezuela? Es poco probable, aunque los gobiernos de Moscú y de Caracas sospechan una conspiración. Pero, en ese caso, ¿por qué no haberlo hecho antes?
Vamos a reformular la pregunta: ¿Fue la caída en los precios del crudo aprovechada por Estados Unidos y Arabia Saudí para dañar a sus principales enemigos, Rusia, Irán y Venezuela? Y ahí la respuesta es un rotundo sí.
Quienes creen en la teoría conspirativa de la historia siempre están buscando cinco patas al gato, cuando la simple información, vastamente divulgada por agencias noticiosas y por publicaciones periódicas lo señala en claras letras de molde: tanto Estados Unidos, como Arabia Saudí, su principal aliado en el golfo Pérsico, actuaron de manera conjunta para conseguir grandes beneficios del colapso en los precios del crudo.
Estados Unidos se quedó con la parte del león en materia de beneficios económicos, y Arabia Saudí, a través de su política de vender el petróleo con descuento a las refinerías de Estados Unidos y de algunas naciones asiáticas, dejó en la lona a su archienemigo Irán. Los saudíes son sunitas, y los iraníes chiitas.
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Stephen Schork, que elabora un boletín especializado en energía, sostiene que se ha notado un incremento en posiciones de operadores que están apostando por un precio del barril en 40 dólares para fines del mes próximo. "Si hay un mercado activo de un precio por debajo de los 40 dólares ahora, no puedo anticipar que estemos ni si quiera cerca de tocar fondo ahora", declaró el analista a la cadena CNBC. La caída del precio del WTI y del Brent, el crudo de referencia en Europa en los mercados globales, se ha agudizado desde que la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) decidió a fines de septiembre no limitar su producción. La reunión de ministros de ese cártel terminó sin decisiones, a pesar de que algunos países, como Venezuela, buscaban reducir la producción ante una disminución de la demanda y perspectivas de que el crecimiento del consumo de energía se está reduciendo. Pero la OPEP se encarga de producir la tercera parte del petróleo que se consume en elmundo, unos 90 millones de barriles diarios, mientras que la producción propia de algunos países como Estados Unidos fuerza a ese cártel a buscar medios para asegurar su mercado.
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