Republica del Zulia

Julio Portillo: Necesitamos entonces promover el regionalismo como protesta al excesivo centralismo en todos los órdenes. Tenemos que despertar la conciencia política de la provincia.

lunes, 1 de septiembre de 2014

LAS MENTIRAS "RADICALES" (I) / ENRIQUE OCHOA ANTICH

ENRIQUE OCHOA ANTICH
Son muchas. Pululan en la red y en las páginas de los diarios. Se escuchan voceadas en las calles. A veces sutiles falacias. A veces medias verdades. Otras engaño rampante, fraude, embuste. En el discurso del gobierno y en el discurso de la oposición. Aquí aludiremos a algunas de las que involucran al segundo, pues son las que nos atañen más directamente.

1. La primera que se me ocurre mencionar es la de creer o hacer creer que el cambio súbito es posible.

Una salida YA. Inmoral manipulación de la ansiedad de muchos, de la desesperación de muchos. Salgamos a la calle y derroquemos al gobierno. Provoquemos un pronunciamiento militar. Sin embargo, la verdad es que una fuerza política sólo consigue conquistar el poder cuando pacientemente se ha convertido primero en mayoría social, en sólida, consistente mayoría social, lo que exige de un trabajo casa por casa, barrio por barrio, pueblo por pueblo. Mucho trabajo para quienes, quizá como reacción facilista propia de nuestra cultura caribeño-populista-petrolera, piden "hallacas sin Maduro" (como se decía de Chávez en 2002).

2. En correspondencia con esta visión cortoplacista de los procesos políticos -que casi siempre lo único que logra es alargarlos más, mucho más de lo necesario (como en 2002, repetimos, cuando se procuraron dos "salidas ya": el golpe y el paro, sólo para atornillar al chavismo como fenómeno político en la conciencia de las mayorías populares, regalándole más de una década de permanencia en el poder)- los "salidistas" tienen la manía, o procuran el autoengaño cuando no el engaño explícito y a conciencia, de creer o hacer creer que la lucha de calle de los estudiantes o de algunos sectores de clase media y de la alta clase media es la lucha del pueblo (digo, de "el" pueblo, y así hablan), cuando sólamente es una parte minoritaria, pequeña y muy pequeña, de ella. Es decir, confundir las guarimbas en Prados o en Caurimare con las miles de protestas reivindicativas (como las de los trabajadores de Sidor) que se producen todos los días en todas las comunidades populares del país, muchas protagonizadas por chavistas, movilizaciones sin propósitos políticos explícitos y en defensa de derechos económicos y sociales y no de esos derechos políticos y civiles de los que tanto hablan los "salidistas" como su principal discurso.

La próxima semana, y seguramente en la de más arriba, continuaremos esta enumeración de mentiras y falacias que tanto pero tanto daño hacen a la oposición venezolana, pues falsean la realidad y construyen entonces sobre la inexactitud estrategias erróneas condenadas al fracaso.

http://www.talcualdigital.com/

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