Republica del Zulia

Julio Portillo: Necesitamos entonces promover el regionalismo como protesta al excesivo centralismo en todos los órdenes. Tenemos que despertar la conciencia política de la provincia.

jueves, 31 de julio de 2014

Tarde, pero ¿seguro? SIMÓN GARCÍA

Se produjo la llamada encerrona de la MUD sin resultados tangibles, a juzgar por el comunicado y lo que pudo decir el vocero Cristóbal Fernández. El tono general de las declaraciones indica que no hay muchas noticias concretas ni siquiera respecto al establecimiento de reglas que fijen las cesiones que están dispuestos a hacer los partidos en aras de un desempeño unitario efectivo. Menos aún en relación a definiciones en torno a un nuevo perfil alternativo de la MUD; la óptima combinación de formas de lucha o la relación con los movimientos y la protesta social. Todos los dirigentes de la MUD, en su mayoría con una veteranía que a veces les impide ver lo nuevo, admiten la urgencia de una alteración fuerte de sus rutinas, ante privadas o manejos demasiado convencionales de la crisis. El paraguas de éxitos pasados, conseguidos laboriosamente por mucha gente que se empeñó en empujarlos, está hecho varillas.

En los seguidores de la MUD hay insatisfacción. También en el numeroso sector intermedio, decisivo para afirmar una mayoría sólida y contundente, crecen las dudas e interrogantes ante las evidencias de una fractura ocasionada por una inoportuna pelea por el liderazgo dentro de la oposición. Una competencia que ha buscado noquear al otro y ha significado pérdida de oportunidades y de tiempo. La batalla de los egos está bloqueando las salidas. Pero quienes actúan para ahondar las divergencias y convertir en imposible la convivencia de visiones distintas dentro de un mismo horizonte unitario tienen que rectificar. Los partidos y la sociedad necesitan más democracia para contener el autoritarismo, no reproducirlo así sea de signo contrario al oficialista. Por esa vía dejamos de ser oposición y más aún, alternativa. La gente quiere que la MUD mire hacia el país y cumpla la misión de informar y orientar sobre cómo enfrentar la crisis y contribuir a los cambios que hoy se requieren. Quiere conocer los objetivos que son compartidos y los puntos conflictivos, saber cómo actuar, si comparte aspectos no consensuales, para promoverlos sin afectar el fortalecimiento de la unidad. La primera labor de la MUD es de pedagogía política, de formación de una nueva ciudadanía.

Un aspecto que debe resolverse definitivamente es si se va a mantener o modificar la naturaleza de la MUD. Seguirá siendo una instancia de acuerdos entre los partidos políticos o se va a transformar en un centro de elaboración y ejecución de iniciativas de obligatorio acompañamiento por parte de sus organizaciones integrantes. La conformación organizativa vendrá después de estas definiciones políticas.

Muchas figuras independientes exigen ampliar la representatividad de la MUD, añadiendo a sus estructuras a las organizaciones de la sociedad civil. La propuesta es atractiva, pero quizá la incorporación del movimiento democrático que está organizado en asociaciones no partidistas debería hacerse a través de otras Mesas que permita articulaciones sin que los partidos retomen la práctica de invadir e instrumentalizar las distintas asociaciones de ciudadanos, profesionales, empresarios, obreros o estudiantes. El problema de quién dirige en estos momentos no es el de quién va a ser candidato presidencial, aunque un motor de las disputas actuales, las reales y las fingidas, tenga como referencia la colocación más óptima respecto a los dos eventos próximos del calendario electoral.

Afortunadamente la unidad está avanzando al margen de estas peleas. El régimen aún es fuerte, pero no es invencible. Las fuerzas para abordar un cambio de las instituciones y un relanzamiento de la democracia están disponibles. Aún estamos a tiempo de luchar para ganar. @garciasim

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