El biógrafo del presidente de Venezuela, Roger Santodomingo, describe para ABC cómo es la personalidad del mandatario y analiza los entresijos de sus maniobras políticas
«Recuerdo que su despacho estaba lleno de amuletos e incluso tenía trenzas rojas», dice el biógrafo del presidente de Venezuela Nicolás Maduro, Roger Santodomingo, y autor del libro «De verde a Maduro».
El periodista Santodomingo, quien entrevistó durante más de diez horas al presidente y a su círculo más íntimo, menciona que «Maduro fue criado en dentro de una gran espiritualidad», en este sentido recuerda la relación que tuvo con Sathya Sai Baba, líder espiritual de la India, con seguidores en todo el mundo. «Él y su mujer, Cilia Flores, eran fieles adeptos del gurú», dice el reportero y añade que su despacho está lleno de amuletos y que algunos «provienen de Sai Baba», una persona que solo aceptaba «la fe ciega».
No es la primera vez que la «espiritualidad» del presidente de la República de Venezuela salta a la palestra. La semana pasada afirmó que a veces dormía en el santuario del difunto expresidente Hugo Chávez «para inspirarse». El periodista señala que Maduro es una persona fetichista quien tiende a darle «un valor mágico» a todo aquello que lo rodea. «Para él la cercanía con el cadáver tiene un poder simbólico y comunicacional», afirma Santodomingo.
«Maduro persigue un fin político, busca que la gente se burle de él»
Sin embargo, el reportero no duda el tildar de «artificial» la «espiritualidad» del jefe de Estado venezolano, y asegura que persigue un fin político ya que pretende convertir la Revolución Bolivariana en una religión política en la que endiosa la figura de Hugo Chávez. Santodomingo analiza algunos errores geográficos cometidos por el presidente, como decir que «Madrid era la capital de Francia», y llega a la conclusión de que muchos de sus fallos son intencionados. «Maduro busca ser víctima y que la gente se burle de él», en parte para relacionarse con muchos de sus votantes de las clases más desfavorecidas, y en parte para desviar la atención sobre su continua acumulación de «poderes políticos».
El biógrafo también afirma que Nicolás Maduro siempre tuvo una personalidad «violenta» y que es «más impulsivo» que Hugo Chávez pero que por otra parte es un «tipo con el que se puede charlar tranquilamente y quedar para tomar un trago».
Su parte violenta comenzó en su temprana adolescencia. Cuando estudiaba bachiller en el colegio Jose Avalos en Caracas pertenecía a varios grupos de izquierda radical, tales como el movimiento Ruptura, en el que entre sus filas también se encontraba el histórico guerrillero venezolano, Douglas Ignacio Bravo Mora, quien participó en los golpes de estado del 4 de febrero y 27 de noviembre de 1992. El movimiento no era tan solo un grupo estudiantil, sino que protagonizaban numerosas actividades de choque, tales como «pintadas a pie de calle y violentas protestas», según afirma Santodomingo quien añade que el presidente era un «mal estudiante debido a su actividad política».
Leer mas: http://www.abc.es/ internacional/20130814/abci- espiritualidad-fetichista- maduro-201308132128.html
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«Recuerdo que su despacho estaba lleno de amuletos e incluso tenía trenzas rojas», dice el biógrafo del presidente de Venezuela Nicolás Maduro, Roger Santodomingo, y autor del libro «De verde a Maduro».
El periodista Santodomingo, quien entrevistó durante más de diez horas al presidente y a su círculo más íntimo, menciona que «Maduro fue criado en dentro de una gran espiritualidad», en este sentido recuerda la relación que tuvo con Sathya Sai Baba, líder espiritual de la India, con seguidores en todo el mundo. «Él y su mujer, Cilia Flores, eran fieles adeptos del gurú», dice el reportero y añade que su despacho está lleno de amuletos y que algunos «provienen de Sai Baba», una persona que solo aceptaba «la fe ciega».
No es la primera vez que la «espiritualidad» del presidente de la República de Venezuela salta a la palestra. La semana pasada afirmó que a veces dormía en el santuario del difunto expresidente Hugo Chávez «para inspirarse». El periodista señala que Maduro es una persona fetichista quien tiende a darle «un valor mágico» a todo aquello que lo rodea. «Para él la cercanía con el cadáver tiene un poder simbólico y comunicacional», afirma Santodomingo.
«Maduro persigue un fin político, busca que la gente se burle de él»
Sin embargo, el reportero no duda el tildar de «artificial» la «espiritualidad» del jefe de Estado venezolano, y asegura que persigue un fin político ya que pretende convertir la Revolución Bolivariana en una religión política en la que endiosa la figura de Hugo Chávez. Santodomingo analiza algunos errores geográficos cometidos por el presidente, como decir que «Madrid era la capital de Francia», y llega a la conclusión de que muchos de sus fallos son intencionados. «Maduro busca ser víctima y que la gente se burle de él», en parte para relacionarse con muchos de sus votantes de las clases más desfavorecidas, y en parte para desviar la atención sobre su continua acumulación de «poderes políticos».
El biógrafo también afirma que Nicolás Maduro siempre tuvo una personalidad «violenta» y que es «más impulsivo» que Hugo Chávez pero que por otra parte es un «tipo con el que se puede charlar tranquilamente y quedar para tomar un trago».
Su parte violenta comenzó en su temprana adolescencia. Cuando estudiaba bachiller en el colegio Jose Avalos en Caracas pertenecía a varios grupos de izquierda radical, tales como el movimiento Ruptura, en el que entre sus filas también se encontraba el histórico guerrillero venezolano, Douglas Ignacio Bravo Mora, quien participó en los golpes de estado del 4 de febrero y 27 de noviembre de 1992. El movimiento no era tan solo un grupo estudiantil, sino que protagonizaban numerosas actividades de choque, tales como «pintadas a pie de calle y violentas protestas», según afirma Santodomingo quien añade que el presidente era un «mal estudiante debido a su actividad política».
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