Si bien nadie, en su sano juicio, niega la importancia de votar el 16 de diciembre, hay en cambio discrepancias sobre cómo debe reaccionar la oposición frente a los resultados del 70.
Para unos miembros del la MUD es necesario hablar claro sobre las irregularidades cometidas durante las últimas elecciones y dejarse de eufemismos y llamar las cosas por su nombre. Otros igualmente importantes miembros de la mesa callan o dicen poco. No somos nosotros quienes podamos decir cuál es la mejor estrategia para enfrentar los próximos comicios, sin embargo sea cual fuere la decisión que se adopte definitivamente en el comando superior de la alternativa democrática, esta debe ser clara y comprensible para los votantes de a pie quienes en fin de cuenta son los que aseguran o no la victoria.
En particular creemos que el pueblo venezolano ha crecido en estos últimos años y sus convicciones son más firmes sea el que fuere su posición en el espectro político. Por eso no hay que temer enfrentar a su electorado natural con la verdad por delante, aunque esta, en algunos casos, no sea agradable de decir.
El liderazgo debe ser capaz de movilizar a la gente aún diciéndole la naturaleza perversa de los obstáculos que deben ser superados. Nadie quiere ir a una nueva batalla con una venda en los ojos; eso no implica que conocer la naturaleza y los aspectos fraudulentos del proceso electoral venezolano sean razones suficientes para botar tierrita y no jugar más. Por el contrario todos iremos a votar y si las autoridades no hacen caso a nuestros reclamos igual les demostraremos que a pesar de todos los pesares convenceremos y venceremos.
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