La Venezuela del 2013 requerirá de un Presidente culto, simpático, que sepa escuchar, y que convoque al consenso
En los ciento noventa y nueve años de existencia de Venezuela como Estado, ningún Presidente ha sido zuliano. De las veinticuatro entidades federales que tiene hoy el país, en quince de ellas han nacido Jefes de Estado. Trujillo, Caracas, Barinas, La Guaira, Mérida, Monagas, Anzoátegui, Carabobo, Táchira, Miranda, Bolívar, Yaracuy, Portuguesa, Aragua, y Falcón, han sido cunas de Presidentes de Venezuela. No cuentan en su historia regional, con Primeros Magistrados nacidos en su tierra, ni Lara, Nueva Esparta, Amazonas, Amacuro, Guárico, Apure, Sucre, Cojedes y Zulia.
La región que más nativos ha tenido como Presidentes, ha sido el Táchira con ocho. Le sigue Caracas con cinco y Portuguesa, La Guaira y Aragua con dos. El Zulia, a pesar de su potencial económico y cultural no ha tenido la oportunidad a través de uno de sus hijos de dirigir los destinos del país. Por el contrario la única vez que lo intentó, a través de Oswaldo Alvárez Paz como pre-candidato, no lo logró. No cuenta el caso de Arias Cárdenas porque aunque fue Gobernador del Zulia, es tachirense.
Andinos, caraqueños, llaneros y orientales han dirigido el país. Al conmemorarse en el 2011 el bicentenario de la independencia de Venezuela, preciso es recordar que 160 años mandaron al país gobiernos militaristas y 40 años gobiernos civiles. Lo que significa que el atraso de Venezuela, que en el año 2010 aparece como el país más corrupto de la América Latina, se debe al militarismo que aun nos gobierna. El militarismo, concepto distinto de lo militar, es en ese género la barbarie, el despotismo, la altanería y la demagogia.
Ante la posibilidad de terminar con la pesadilla del chavismo en el 2012, el Zulia en atención al número de votos que aporta, podría tener razones válidas para señalar un nombre de entre sus naturales para encaminar a la nueva Venezuela. Ello exige que los nominados se sometan a una rigurosa preparación, que va desde conocimiento de la realidad nacional, escenarios internacionales, modales, economía, destreza informática, oratoria, historia, etc. Las habilidades políticas aprendidas o heredadas, por si solas, no bastan. La Venezuela del 2013 requerirá de un Presidente culto, simpático, que sepa escuchar, que convoque al consenso y que tenga la destreza y modo para regresar los militares a los cuarteles.
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