Hacia tiempo que en el país no se había creado tantas expectativas por la designación de los hombres y mujeres que deben enarbolar las banderas de lucha y redención en el futuro parlamento nacional. Y ellos es así, debido a que hace cinco años los sectores oposicionistas le provocaron un daño terrible a los ciudadanos, cuando faltando apenas 48 horas para ir a votar, irresponsablemente convocaron a la abstención y el boicot electoral el 3 de diciembre del 2005; hecho este que generó una representación parlamentaria oficialista que durante todo el periodo ha legislado y aprobado leyes muchas veces de espalda y en contra de los venezolanos.
No es tarea fácil lo que ha de asumirse para quienes aspiramos en este momento ocupar una curul en el estrado legislativo nacional; pero quien corone tal aspiración está obligado; en primer término a convocar desde la nueva Asamblea Nacional a todos los venezolanos y venezolanas, cualquiera que sea su condición política, a provocar la despolarización que hoy asfixia y mantiene acorralado al país en una diatriba estéril que no ofrece salidas a la crisis, que de nuevo comenzamos a vivir, como en los tiempos de la cuarta república, y que hoy está generando una gran frustración en la mayoría de aquellos que acompañamos las propuestas de cambios anunciadas por el presidente Hugo Chávez, y por supuesto por quienes nunca lo han seguido.
Ir de candidato en esta campaña electoral no sólo implica volantear, declarar y llenar las calles de vallas y pendones. Estamos de nuevo ante una encrucijada histórica, y la monocolor y aplaudidora mayoría oficialista, que nada ve y nada escucha debe ser derrotada. Quienes aspiren construir las nuevas mayorías, sin medias tintas ni radicalismos bofos, deben desde ya asumir el compromiso de rescatar la majestad de una Asamblea Nacional, que reivindique de una vez por todas el carácter contralor que debe ejercer cada uno de sus diputados; a fin de garantizar la eficacia, la eficiencia y la pulcritud en los gastos de gestión de los demás poderes públicos y en particular los del poder ejecutivo central; de tal forma que actos tan bochornosos como los acontecidos en Pdval con los alimentos podridos no se repitan.
También quien haya asumido la responsabilidad de aspirar a ser diputado, está comprometido a cumplir con la tarea legislativa de renovar las autoridades del Consejo Nacional Electoral, la Fiscalía General de la República, la Contraloría General de la República y a todos los magistrados del Tribunal Supremo de Justicia; para dar cumplimiento de esta manera con el precepto constitucional referido a la autonomía de los poderes públicos, de manera que el ejercicio del poder pueda materializarse bajo la premisa fundamental para los ciudadanos, de que serán gobernados sin los abusos autoritarios e intolerantes, de aquellos que cumplan la función de gobierno.
No debe ser simple declaradera, y desde ya hay que comprometerse a promover y consolidar los principios, valores, normas y mecanismos, referidos al carácter democrático, participativo, electivo, descentralizado, alternativo, responsable, pluralista y de mandatos revocables, que deben guiar a todas aquellas personas que ejerzan la función pública. En consecuencia será urgente el compromiso de revisar aquellas leyes que pudieran tener vicios de inconstitucionalidad y que el actual parlamento aun así, las aprobara apoyándose en una mayoría tumultuaria y de espalda al pueblo.
Estos entre otros deben ser los temas de campaña y estos también deben ser los compromisos de quienes en tiempos de campaña aspiramos a ser diputado.
zabala.douglas@gmail.com
Twitter: @douglazabala
No hay comentarios.:
Publicar un comentario