¿ahora ¿que voy a hacer? Es la pregunta obligada del trabajador, que ha pasado parte de su vida prestando servicios a la sociedad y recibe el beneficio de la jubilación. Entre el ocio necesario y la conversación, transcurren los primeros momentos que pueden prolongarse por días, meses, años o el resto de la vida, mas tarde que temprano surge la inquietud ¡para esto he hecho tanto esfuerzo!
He cumplido hasta donde ha sido posible con mi familia y el entorno, tratando de ser útil , tengo una pensión, sin embargo, siento que las debilidades consumen poco a poco mis fortalezas, no solo las físicas que disminuyen con el tiempo y la ciencia se encarga de mejorarlas, son las relacionadas con el yo , es el autoestima , es la inseguridad, es que cada día me siento mas inútil, en muchos casos trato de superarlo haciendo lo que deje de hacer , compitiendo con las nuevas generaciones, terminando en fracaso , porque la palabra clave es considerarme útil, a mi mismo, a la familia, a la sociedad, convenciéndome que no soy un estorbo, que además del reconocimiento del beneficio de la jubilación soy querido de manera diferente, posiblemente con un dejo de tristeza por que me ven envejecer, pero en casi todos los casos el amor esta presente.
Es hora de volver a empezar, mas no en el pasado, iniciando una nueva forma de vivir, es hora de mirarme hacia dentro.La parte física necesita mantenimiento , la afectiva podría iniciarse con la alegría de visitar a aquellos que habíamos olvidado, familiares, amigos y extraños que necesitan un saludo , conversación o ayuda material, es tiempo de renacer la solidaridad, pintar aquel cuadros, narrar nuestras experiencias, escribir , convertir el tiempo en vida.
¡Basta de culpar a los demás o a la vida! Ellos no son la causa de que haya pasado a otra edad, sea más lento o fastidie con la misma conversación, no es la muerte la que me espera a la vuelta de la esquina, es la vida y solo yo puedo vivirla.
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