1. Reunidos en la 94° Asamblea Ordinaria del Episcopado venezolano, en el marco de la aplicación del Concilio Plenario de Venezuela y la realización de la Misión Continental, los Arzobispos y Obispos, como hermanos y pastores de la Iglesia, en fidelidad al Evangelio, compartimos las angustias y tristezas del pueblo, sus alegrías y esperanzas, mostrándoles a Jesucristo, único camino de salvación, y contribuyendo a iluminar las conciencias ante las próximas elecciones parlamentarias
Venezuela: casa de todos
2. La gran mayoría de nuestro pueblo aspira a que Venezuela sea una "casa común", como soñaron los fundadores de la República: amplia, acogedora, tolerante, pacífica y fraterna. Una gran familia que cultive la libertad y el respeto, con un proyecto de país donde quepamos todos y sean respetados plenamente los derechos humanos. Un país que se construya sobre los valores de la paz, la justicia y la verdad, para dejarlo como herencia a las nuevas generaciones. Nuestro pueblo anhela un clima de entendimiento, y reconciliación. Aspira a vivir en un ambiente de armonía, confianza, seguridad y esperanza. Esto sólo lo puede obtener en la medida en que todos trabajemos para alcanzarlo.
3. Necesitamos cultivar el diálogo sereno, como medio necesario para una auténtica convivencia ciudadana, "fruto de la aceptación convencida de los valores que inspiran los procedimientos democráticos: la dignidad de la persona humana, el respeto de los derechos del hombre, la asunción del bien común como fin y criterio regulador de la vida política" (Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, 407). Es preciso aprender de nuevo a compartir como ciudadanos, a preocuparnos por la entera comunidad nacional, debatiendo entre todos los sectores y resolviendo juntos los problemas en todas las instancias nacionales, regionales, municipales y vecinales.
4. Contradice estos anhelos el clima de violencia y corrupción que reina en muchas esferas de la vida del país, que se ha puesto de manifiesto sobre todo en la inseguridad, las muertes violentas, tanto en la calle como en las cárceles y la escandalosa pérdida de alimentos y medicamentos.
5. La polarización ideológico-política de diversos actores no contribuye a la creación de un ambiente favorable. De los altos mandatarios y de los funcionarios se espera que en sus declaraciones den ejemplo del respeto que merecen todos los ciudadanos. Rechazamos las reiteradas e injustas agresiones por parte del Presidente de la República a personas e instituciones, hiriendo inclusive el sentimiento religioso de diversas confesiones. En tal sentido, unidos al pueblo cristiano, expresamos nuestra solidaridad con el Señor Cardenal, Jorge Urosa Savino, Arzobispo de Caracas.
6. El pueblo desea vivir en democracia, en estado de derecho, con participación real de todos, en un clima de justicia social y libertad. Así lo decidió en el referendo del 2 de diciembre de 2007. Por eso es absolutamente inaceptable la imposición de un "Estado socialista" que se inspira en el régimen comunista cubano y se ha venido concretando a través de leyes y hechos que desconocen la voluntad popular y la Constitución vigente. Ese proyecto "no sólo toca el tejido material y organizativo del cuerpo social, sino también, y sobre todo, afecta el fondo íntimo, espiritual, del alma nacional" (Carta Pastoral del episcopado venezolano sobre el Bicentenario de la Declaración de Independencia de la República, del 15/01/2010, 20).
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Fuente: El Universal.com
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