Después de seis meses de arduas negociaciones, de organizar sus primarias y neutralizar los ataques internos y externos, la Mesa de la Unidad (MUD) presentó el pasado 15 de mayo, la lista de los aspirantes a diputados para la Asamblea Nacional (AN) y al Parlamento Latinoamericano.
Ha sido un intenso y engorroso proceso de "ingeniería electoral", que finalmente ha permitido presentarle al país un listado de candidatos para la próxima AN. Aspirantes que de ser electos, lucharán por restituirle al Poder Legislativo su autonomía, así como su función contralora sobre el gobierno y la Administración Pública Nacional, en los términos consagrados en la Constitución Nacional. Obviamente este acuerdo no ha sido perfecto, pero constituye un gran avance en la conformación de una alternativa frente al fascismo bolivariano.
Es importante resaltar que este esfuerzo unitario no constituye un proyecto ideológico o pacto político partidista. Es simplemente una iniciativa pragmática, que busca construir un discurso alternativo frente al proyecto hegemónico y militarista del tte coronel. Surge de la convergencia de factores ideológicamente contrapuestos, pero conscientes de la coyuntura del momento político actual: unidad para enfrentar al fachochavismo. Además, este acuerdo recoge los anhelos de millones de venezolanos: respecto a la diversidad ideológica, rechazo al sectarismo, y a la Estadolatría, así como la restitución del Estado de Derecho, etc.
La gran tarea de este acuerdo unitario es concertar a todas las fuerzas políticas del país que no comulgan con el régimen -incluyendo a los ni-ni y a los sectores disidentes del oficialismo- a fin de lograr una mayoría parlamentaria plural, que le dé respuesta a los principales problemas políticos, económicos y sociales que afectan a los venezolanos. Deberá motivar a los ciudadanos a participar en el proceso eleccionario del 26S, muchos de ellos sumidos en una apatía e indiferencia lamentable. Igualmente, habrá que vencer a la abstención que promueve el régimen a través del chantaje y la coacción, y derrotar la actitud perversa de los sectores practicantes de la antipolítica, quienes condenan toda participación electoral, pues consideran que con ello se convalida al régimen del tte coronel. Aún no han asimilado las nefastas consecuencias de no haber participado en las pasadas elecciones para elegir a los miembros de la actual AN.
Es imperativo transformar el descontento social existente en movilizaciones político-electorales, a fin de construir una nueva mayoría en el país, capaz de derrotar a los genuflexos candidatos del proyecto hegemónico-plebiscitario del tte coronel. Una nueva mayoría en la AN, además de restituirle la autonomía al Poder Legislativo, permitirá detener la legitimación autoritaria del régimen y redemocratizar las instituciones del país, todas ellas controladas por el puño del iletrado de Miraflores (TSJ, CNE, Contralor y Fiscal General de la Nación, etc.). Tal Cual digital
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