Republica del Zulia

Julio Portillo: Necesitamos entonces promover el regionalismo como protesta al excesivo centralismo en todos los órdenes. Tenemos que despertar la conciencia política de la provincia.

martes, 13 de febrero de 2007

Vamos hacia un inmenso caos / Luis Pedro España




cree que "esa actitud de echarle la culpa a todo el mundo, menos a Chávez, es una charada" (Oswer Díaz Mireles) El sociólogo advierte que Chávez podría estar en pos de su Bahía de Cochinos "El discurso ascético y comunitario chavista choca con la noción de ascenso y derecho a pataleo del venezolano" "Luego de la Ley Habilitante de 2001 vino la inestabilidad política. Supongo que lo mismo ocurrirá en esta oportunidad"
En su "Lectura sociopolítica de Venezuela. De lo que éramos a lo que somos", Luis Pedro España ha dado con algunas claves sobre cómo un poderoso Estado petrolero y democrático se transforma en un ente aun más poderoso y autoritario, en precario equilibrio entre la inestabilidad y el desafío a la cultura política de la sociedad. El final, dice, será un gran trastorno, el principio lo llevó hasta el 4 de diciembre: "Hay una interpretación de los resultados electorales según los cuales quienes votaron contra el Presidente son los modernos, los educados, y quienes lo hicieron a favor, lo contrario. Según eso, Chávez ganó en los sectores populares por factores como el nivel educativo o su situación económica".
-Es decir, como la gente es ignorante votó por Chávez.
-Exacto. Y eso no es verdad. Uno podría decir que la gente votó por Chávez porque es vulnerable. Ser pobre es igual a ser vulnerable y entonces ahí se deduce: el pobre vota por Chávez. Pero no es así. Donde hay mayor exclusión social y son menores la diversidad económica, la presencia del sector privado y las oportunidades de trabajo, la gente vota por el gobierno porque es su única opción. En El Baúl, Cojedes, una chamba depende de la Alcaldía.
-Pero mientras más pobre, más razones tienes para votar contra el gobierno.
-Depende. Aquí la protesta social se viste de rojo porque considera que sólo la puede salvar el Estado. Pero si quienes protestan perciben una opción capaz de convertirse en Estado, pueden cambiar de camiseta. Esa actitud de echarle la culpa a todo el mundo, menos a Chávez, es una charada. La gente sabe que no es así, pero juega a su última apuesta, el Estado.
-Esa estratagema también la usan empresarios para no perder licencias o contratos.
-Probablemente. El grado de autonomía del Estado venezolano es muy grande porque sus finanzas no dependen, en gran parte, de la sociedad. Su discrecionalidad no obedece sólo a mandatarios dictatoriales, sino a una estructura económica que permite el autoritarismo.
-¿No lo permite aun más la nueva estructura económica?
-La diferencia se da porque antes las condiciones económicas que le daban al Estado el tinte autoritario se controlaban desde las instituciones por voluntad del sistema político. Había una base material para el autoritarismo porque el Estado no dependía de la sociedad, pero ésta quería ser democrática. Por eso el país fue ejemplo de democracia. Las sociedades cuya economía se asienta en actividades extractivas suelen regirse por Estados autoritarios. Aquí eso no ocurrió porque la dirigencia se decidió por la democracia. Entonces, ¿qué cambió? Pues que esa voluntad democrática ya no existe.
-Si no existe, ¿qué tenemos en su lugar?
-La decisión de interpretar la democracia de manera distinta. Se pretende establecer una supuesta democracia directa.
-¿Es una manera distinta de interpretar la democracia o una manera distinta de imponernos una dictadura?
-Quienes pensamos que la única democracia es la representativa, con participación más abierta, creemos que estamos ante una forma de imponer una dictadura proclamándola como democracia. Ahora, no tengo por qué dudar del convencimiento sincero de que la verdadera democracia reside en un líder que trabaja por el bien común. Están equivocados, pero no puedo decir que mienten.
-¿Está Chávez persuadido de que lo que hace es lo mejor para la mayoría?
-Supongo. Pero el refrán dice que "el camino al infierno está empedrado de buenas intenciones". Según él la democracia representativa es un engaño.
-¿Y por tanto ignora que quien puede estar engañando al pueblo es él?
-Hay dos cosas en las que los venezolanos estamos absolutamente de acuerdo. Una es el progreso y el ascenso social. No hay uno solo de nosotros que encuentre valores en la pobreza, el ascetismo y el comunitarismo. Somos individualistas y consumistas, emprendedores y proclives al logro material.
-¿No choca eso con aquello de "ser rico es malo"?
-Choca con ese principio ascético y comunitario. Cuando alguien invade un terreno o un edificio no lo hace por el Estado o por la propiedad comunal, sino porque "esta vaina es mía". Las invasiones son el más grande acto de reivindicación de la propiedad privada. El otro elemento es el derecho al pataleo. Si a mí me fregaron tengo derecho a reclamar. Esos dos elementos van a contravía del proyecto político del Presidente. Por eso creo que vamos hacia un inmenso caos. El socialismo es bueno repartiendo, sobre todo cuando te dan si te dices socialista. Sólo que aquí la gente entiende por socialismo solidaridad, cooperación. No le suena a nacionalizaciones, concentración de poder, supresión de cargos de elección popular. Por eso él se cuida de mencionar el comunismo, (a veces lo suelta) porque la gente vincula el término con el socialismo real.
-¿Eso es suficiente para predecir un gran caos?
-Las intervenciones en la economía ya han provocado un efecto. El desabastecimiento con inflación obedece a una práctica que irrespeta las leyes del mercado. Cuando él observa las cifras de exportaciones (35 mil millones de dólares) y que el parque de BMW se multiplicó por tres, seguro agarró tremenda calentera. Las divisas del petróleo son para comprar las armas de la revolución y comida para el pueblo. Por eso ordena a Cadivi que restrinja las importaciones. Y como en una economía diversificada son miles los rubros a importar, los funcionarios se equivocan. Autorizan la penicilina pero excluyen los medicamentos para la tensión.
-¿Crees que la gente se opone a las nacionalizaciones?
-El problema es cómo se nacionaliza. Por ley no le puedes comprar sólo Verizon porque si lo haces debes proceder igual con los demás accionistas. Si nacionalizas pasando por encima de la ley, Verizon puede demandar a Citgo (en EEUU) o embargar cargueros petroleros. Luego de la Habilitante de 2001 vino la inestabilidad política, entre otras causas porque las leyes eran inaplicables. Supongo que las que vienen correrán la misma suerte.
-¿Esa inestabilidad es buscada o producto de la soberbia y la ineficacia?
-Probablemente ambas cosas. Algunos dicen que el Presidente busca su propia Bahía de Cochinos, el episodio que consolidó a la revolución cubana. Roberto Giusti / El Universal

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