"Y sombras en los montes.
Y soledad dulcísima. En la tierra infeliz de los palmares:
Y allá lejos la luna que se encumbra.
Y un cielo azul de porcelana alumbra.
Y en el lago sin brumas.
La onda medio caliente entumecida".
José Ramón Yepes, nacido en Maracaibo un 9 de diciembre de 1822, es mucho más que un nombre en los anales de la historia zuliana. Su vida, tejida entre la acción y la contemplación, entre el servicio público y la creación literaria, se erige hoy como un ejemplo poderoso y multifacético para las nuevas generaciones.
A los 18 años, optó por la disciplina de la formación naval, forjando un carácter que lo llevaría a ser nombrado General de Brigada por el presidente Juan Crisóstomo Falcón en 1864. Sin embargo, su compromiso no fue solo con la nación; fue, sobre todo, con su terruño. Como capitán del puerto de Maracaibo, diputado y senador, Yepes demostró que el amor a la patria comienza por el servicio tangible a la comunidad, una lección vital para los jóvenes de hoy.
Pero Yepes desmonta el estereotipo del hombre de acción sin interioridad. En paralelo a su carrera militar y política, cultivó una profunda sensibilidad literaria, convirtiéndose en pionero del nativismo venezolano. Su pluma no buscó paisajes lejanos; celebró el lago, los palmares y la gente de su tierra con versos de una soledad dulcísima y un cielo azul de porcelana.
En su novela "Iguaraya" y en su poesía, nos enseñó que la autenticidad y la identidad son los cimientos más sólidos para cualquier creación, instando a los jóvenes a valorar y crear a partir de su propia realidad.
Su simbólico final, desapareciendo en las aguas del lago que tanto cantó, completa la figura de un hombre íntegro, cuya existencia estuvo ligada a su entorno. Yepes encarna así la posibilidad de una vida plena y coherente: se puede ser un servidor público eficaz y un artista profundo; un hombre de leyes y un soñador; un militar y un poeta.
Para la juventud actual, Yepes es un faro que ilumina el valor del compromiso cívico, la importancia de las raíces culturales de nuestra región y la audacia de perseguir todas las pasiones sin renunciar a ninguna.

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