El aumento de la presión estadounidense sobre el gobierno del presidente venezolano Nicolás Maduro está atrayendo nueva atención a los bonos en mora del país, incluidos los de la petrolera estatal Petróleos de Venezuela, conocida como PDVSA.
Por Reuters
Venezuela incumplió su deuda en 2017, pero PDVSA continuó pagando a los tenedores de un bono específico con vencimiento en 2020. Este bono se emitió en 2016 mediante una oferta de canje que reemplazó la deuda con vencimiento al año siguiente. Este bono está garantizado con una prenda del 50,1% de la refinería Citgo Holding a través de PDV Holding, filial de propiedad absoluta de PDVSA. Sin embargo, los pagos se interrumpieron después de que la Asamblea Nacional, liderada por la oposición, declarara ilegal el contrato del bono en octubre de 2019.
La minera canadiense Crystallex International había ganado a principios de 2016 un arbitraje de 1.400 millones de dólares contra Venezuela por la expropiación de un proyecto por parte del gobierno del predecesor de Maduro, Hugo Chávez.
Posteriormente, Crystallex convenció a un tribunal estadounidense de que PDV Holding era el alter ego de Venezuela, por lo que el tribunal declaró a la empresa responsable de la deuda del país. El proceso finalmente dio lugar a una subasta de acciones de PDV Holding, decidida el mes pasado a favor de una filial del fondo de cobertura Elliott Investment Management, que ha reservado 2.100 millones de dólares para pagar y extinguir el bono PDVSA 2020.
La venta a Amber Energy de Elliott no se ejecutará hasta que el Tesoro de Estados Unidos le dé luz verde.
Mientras tanto, la crisis de deuda más amplia de Venezuela y las sanciones estadounidenses hicieron caer el precio de los bonos, que llegaron a cotizar a 10 centavos por dólar a mediados de 2020. Los acontecimientos relacionados con los tribunales, en particular la confirmación inicial en 2020 de que la deuda era ejecutable según la ley de Nueva York, reavivaron el interés de los inversores.
La eliminación de numerosas sanciones estadounidenses en octubre de 2023 sirvió como un nuevo catalizador, impulsando los precios por encima de los 80 centavos por dólar, donde se han mantenido la mayor parte del tiempo desde entonces. El aumento de la presión militar estadounidense sobre el gobierno de Maduro llevó el precio del bono a la par por primera vez en septiembre, y el jueves el bono cerró en 100,25 centavos por dólar.

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