No pudo asistir a la ceremonia, en la que su hija, Ana Corina Sosa, recibió el galardón en su nombre.
Aun así, la política —quien permaneció en la clandestinidad por más de un año tras desafiar al gobierno de Nicolás Maduro al convocar varias protestas después de los comicios de 2024— fue recibida con vítores y abrazos por parte de la diáspora venezolana residente en Noruega.
Por BBC MUNDO
Machado también se reencontró con su familia, que la esperaba en el país nórdico, tras más de un año sin contacto físico.
Ahora, la dirigente se convierte en una fugitiva, luego de que el gobierno venezolano advirtiera que salir del país constituiría una violación de la ley. En Venezuela, está acusada de terrorismo, conspiración e incitación al odio.
Machado no pudo presentarse como candidata presidencial en 2024 tras ser inhabilitada por el gobierno. No obstante, respaldó la candidatura del exdiplomático Edmundo González, quien —según la oposición— habría ganado las elecciones, apoyándose en miles de actas recabadas durante el proceso.
Maduro lo niega, se aferra al poder y acusa a sus adversarios de promover una intervención militar.
Todo esto ocurre en medio de una fuerte tensión en el Caribe, después de que Estados Unidos declarara terrorista al mandatario venezolano y aprobara un despliegue militar en la región.
En este contexto, la presentadora Lucy Hockings, de la BBC, habló con María Corina Machado, quien se encontraba junto a Jorgen Watne Frydnes, presidente del Comité Noruego del Nobel, sobre su futuro, la experiencia de huir de Venezuela y la posibilidad de una intervención militar.
Aquí la entrevista completa.
Felicidades por su Premio Nobel de la Paz. ¿Cómo se siente de estar aquí?
Aquí estoy. Primero que nada, estoy muy agradecida. Por supuesto, con el Comité Noruego del Nobel por este reconocimiento único al pueblo venezolano, que les ha traído tanta esperanza, entusiasmo y aún más unidad en nuestro país.
Todavía estoy tratando de convencerme de que estoy aquí en Oslo, al fin, con todos ustedes y con mi familia, a quienes no he visto por un largo tiempo.
¿Cómo fue eso? No solo ver a su familia, sino también abrazarlos, olerlos y tocarlos nuevamente.
Por más de 16 meses no he tenido la oportunidad de abrazar o tocar a nadie. Así que, ciertamente, ha sido un sentimiento muy profundo por el hecho de que tan solo en unas horas tuve la oportunidad de ver a las personas que más amo y tocarlos, y llorar y orar juntos.
Luego tuve la oportunidad de también conocer a cientos de personas venezolanas que estaban afuera del hotel y sentir ese calor nuevamente luego de tanto tiempo… ¿sabes? Es la razón por la que hago lo que hago.
Y te han dado… cosas… (la entrevistadora señala los rosarios que tiene María Corina en el cuello)
Sabes, estos me los dieron los venezolanos que acabo de conocer afuera. Y es siempre el mismo gesto: la gente se quita sus rosarios y me los pone. Tienen historias.
Una de las mujeres que estaba afuera me dijo que había traído este rosario hace 20 años cuando dejó Venezuela y que ahora quiere que yo lo tenga. Así que imagínate cuánta energía significa esto para mí.
Creo que tengo sobre siete mil u ocho mil rosarios que recibí alrededor de todo Venezuela.
Hubo momentos esta mañana en los que pensamos que no estaríamos sentados aquí juntos…
Jorgen Watne Frydnes: No estoy hablando aquí solo por mí, sino también por el Comité y diría también que, por la gente de aquí, venezolanos, noruegos y muchos más… es muy emocional tenerte aquí luego de esa travesía.
Tenerte aquí finalmente y tener a tu hija representándote tan bien en la alcaldía de Oslo este miércoles, pero luego, en medio de la noche, tenerte aquí, es increíble, es difícil de describir para todos nosotros en el Comité del Nobel.
Debe estar muy orgullosa de su hija hoy…
Estoy orgullosa de ella, de toda su vida. Y de mis hijos también. Ellos han enfrentado lo más difícil de esta situación. Tuve que enviarlos fuera del país, no querían irse, pero tuve que forzarlos porque no podía hacer mi trabajo y a la vez protegerlos.
Fueron los únicos de sus clases en graduarse y estar sin su madre.
Mi hija se casó y no estuve con ella. Mi hijo también y no estuve con él.
Me da un gran sentimiento de culpa. Pero a la vez tengo mucho apoyo de su parte y ellos son la razón por la que luché, al igual que todos los niños venezolanos, quienes siento que son como mis hijos también.
Estoy muy orgullosa de ellos, de lo que hacen por esta causa.
Estabas pensando en esas otras madres e hijas en Venezuela y alrededor del mundo que no han tenido la oportunidad de un momento similar al que acabas de tener porque están separados…
Por supuesto. Creo que lo que ha unido a nuestro pueblo después de tantos años de que el régimen chavista trató de dividirnos por todas las razones: raza, religión, origen… lo que trajo a nuestro país juntos es que queremos a nuestras familias de vuelta en casa, nuestros hijos de vuelta en casa.
Eso derribó nuestras diferencias.
Antes de venir aquí, estaba pensando en esta inmensa posibilidad que yo tendría. Estaba pensando en las madres de los presos políticos, con quienes hablo todas las semanas, porque estamos en contacto todo el tiempo.
Pero sé que pronto ellas tendrán esta inmensa felicidad que yo tuve hoy, hace unas horas.
Tengo que preguntar sobre la versión de la historia de cómo usted escapó que está circulando aquí en Oslo y está en la prensa. Dicen que tuvo que ponerse una peluca, que pasó por 10 puestos militares y tomó un barco pesquero a Curazao y luego un avión privado a Miami y luego a Oslo. ¿Qué nos puede contar de lo que pudo haber sido una huida peligrosa y temerosa?
Es importante entender exactamente lo que estás diciendo. Venezuela se ha convertido en una nación, un país en el que el Estado hace terrorismo. El régimen que tiene control de todas las instituciones ha impuesto terrorismo de Estado hacia personas inocentes y cometido crímenes contra la humanidad.
Y todos los que se atreven a hablar, a defender cualquiera de sus derechos básicos, toman un alto riesgo y terminan en prisión, como dijiste en tu discurso increíble esta mañana (María Corina Machado se voltea y mira a Jorgen Watne Frydnes mientras habla)
Solo por publicar noticias sobre el Premio Nobel, podrías terminar en prisión.
Y si ellos te buscan y no te encuentran, van a arrestar a tu familia, incluso ponen a niños en prisión.
Ellos han dicho que soy una terrorista. Que debo estar en la cárcel por el resto de mi vida y están buscándome.
Dejar Venezuela hoy, en esta circunstancia, es muy peligroso. Solo quiero decir que hoy estoy aquí porque muchas mujeres y hombres arriesgaron su vida para que llegara a Oslo.
Vine aquí por ellos y por los millones de héroes anónimos venezolanos para recibir un premio y regresárselo a ellos.
Lea más en BBC MUNDO

No hay comentarios.:
Publicar un comentario