
Luego de que el valor del dólar en Venezuela de manera oficial superara los 132 bolívares, el salario para muchos trabajadores se pulverizó. Los docentes universitarios, aunque no ganan sueldo mínimo, no escapan a ello, pues sus ingresos mensuales difícilmente superan los 4 dólares mensuales.
Así lo denuncia la Asociación de Profesores de la Universidad Central de Venezuela (Apucv) cuando señala que tanto ellos como colegas de las distintas casas de estudios superiores públicas llevan ya 1.245 días (más de tres años) sin que se les aumente el salario.

Sólo cuatro dólares al mes para un profesor universitario
La Apucv alerta que un profesor titular con dedicación exclusiva percibe apenas 4,02 dólares al mes, mientras que un instructor a medio tiempo no supera los 1,04 dólares.
«Con estas remuneraciones, es imposible garantizar una generación docente de relevo. El éxodo de nuestros colegas es imparable«, advirtió el presidente de este gremio, José Gregorio Afonso, en una nota de prensa enviada por los docentes ucevistas.
El impacto de esta crisis es devastador. Entre el 44% y el 50% de los docentes de la UCV abandonaron sus puestos en los últimos años, según Afonso, quien agrega que muchos buscan ingresos alternos, con el 70% de los profesores dependiendo de trabajos adicionales para subsistir.
La investigación académica también se desplomó: ocho de cada diez docentes no participan en proyectos de investigación, y casi la mitad lleva cinco años sin publicar artículos científicos, según detalla un informe del Observatorio de Universidades (OBU).
Organizaciones como Aula Abierta denuncian una «agresión sistemática» del gobierno contra la educación superior, con presupuestos insuficientes y la exclusión de gremios independientes de las negociaciones colectivas. Mientras tanto, los bonos gubernamentales, como los otorgados a través del Sistema Patria, no compensan la pérdida de poder adquisitivo ni inciden en prestaciones laborales, dejando a los docentes en una situación de «indefensión», según la Apucv.
En marzo de 2022 fue la última vez que la administración de Nicolás Maduro ajustó el salario mínimo. En ese entonces lo fijó en 130 bolívares al mes, el mismo valor que cobran los pensionados. Desde 2023 creó los llamados bonos como el de guerra económica, una política que trabajadores públicos denuncian porque no tiene impacto en vacaciones, prestaciones sociales ni jubilaciones.
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