
En la tercera emisión de #EfectoPaz, una iniciativa conjunta de Efecto Cocuyo y la ONG Laboratorio de Paz, los moderadores del espacio, Luz Mely Reyes y Rafael Uzcátegui, junto al invitado de esta jornada, Luis Carlos Díaz, ciberactivista de derechos humanos, desmenuzaron la compleja situación de los DD. HH. en Venezuela, marcada por la llamada «diplomacia de rehenes», recientemente protagonizada por Estados Unidos y el Gobierno de Nicolás Maduro.
Aquí, las claves de lo analizado:
Diplomacia de rehenes: negociación opaca con costos humanos
El programa abordó el reciente intercambio entre Estados Unidos, El Salvador y Venezuela, que liberó a 10 estadounidenses presos en Venezuela, retornó a 252 migrantes venezolanos detenidos en El Salvador y excarceló a unos 80 presos políticos venezolanos.
Luis Carlos Díaz alertó sobre la opacidad del proceso, que según su apreciación «careció de criterios humanitarios y priorizó decisiones políticas».
El invitado criticó la exclusión de mujeres entre los liberados y señaló que el régimen usa a presos como moneda de cambio para obtener beneficios, como licencias petroleras, perpetuando una «maquinaria que captura extranjeros y disidentes para extorsionar a otros gobiernos. Esto, alertó, agrava la vulnerabilidad de los nacionales y extranjeros en Venezuela.
Familiares de presos políticos: valentía y exclusión
Los comités de familiares de presos políticos han mantenido protestas públicas, pero en esta negociación fueron marginados. Díaz reveló que algunos recibieron promesas vacías o presiones para silenciarse, incluso propuestas para que los detenidos incriminaran a opositores en videos a cambio de liberaciones.
Estas tácticas, enfatizó, «sumadas a visitas de políticos afines al régimen a centros de detención, generan desconfianza y expectativas frustradas entre las víctimas».
Clandestinidad: la resistencia en la sombra
Inspirados en un testimonio del informe El libro gris de Nicolás Maduro, los panelistas discutieron cómo activistas y partidos opositores operan en clandestinidad tras las elecciones del 28 de julio de 2024.
María Corina Machado fue destacada por visibilizar esta realidad, que incluye comunicaciones cifradas, reuniones disfrazadas de eventos familiares y el uso de identidades falsas.
Rafael Uzcátegui subrayó que incluso sectores tolerados por el régimen «adoptan medidas de autoprotección, validando la necesidad de estas estrategias en un contexto de represión».
Normalización y cinismo político
Según el análisis de los panelistas, el gobierno de Maduro a lo largo de su gestión ha buscado «pasar la página» de lo ocurrido tras las elecciones presidenciales de julio de 2024, mediante la captación de opositores, la asignación arbitraria de cargos y el discurso de una falsa paz.
Luis Carlos Díaz criticó el «cinismo» de quienes se presentan como opositores «moderados» mientras negocian con el poder, desplazando a la llamada resistencia genuina.
«Este mercadeo político con presos debilita la lucha democrática y premia la impunidad», dijo.
Los participantes llamaron a mantener principios éticos frente al pragmatismo y compararon la resistencia venezolana con casos históricos, como la resistencia holandesa bajo la ocupación nazi, donde solo una minoría resistió activamente.
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