El asesor especial de la Presidencia de Brasil para Asuntos Internacionales, Celso Amorim, manifestó este miércoles su preocupación por la presencia de buques de guerra estadounidenses cerca de la costa de Venezuela, en el marco del despliegue naval ordenado por Washington para combatir el narcotráfico en la región.
Durante una audiencia en la Comisión de Asuntos Exteriores y Defensa de la Cámara de Diputados el pasado 20 de agosto, Amorim subrayó que la no intervención es un principio fundamental de la política exterior brasileña. “No puedo ocultar mi preocupación por el desplazamiento de buques estadounidenses y su manera de ver el tema”, señaló el diplomático, quien ha sido canciller y ministro de Defensa en gobiernos anteriores.
El asesor presidencial criticó la estrategia de Estados Unidos de vincular narcotráfico con terrorismo como justificación para acciones contra otros países. Según dijo, la lucha contra el crimen organizado debe basarse en la cooperación entre Estados y no en intervenciones unilaterales.
Amorim recordó al mismo tiempo que Brasil no reconoce a Maduro como presidente legítimo, aunque mantiene relaciones de Estado con Venezuela, país con el que comparte más de 2.000 kilómetros de frontera.
“Las actas nunca aparecieron y nunca tomamos una medida para reconocer el gobierno. Mantuvimos una relación de Estados”, recalcó.
También destacó que en territorio brasileño viven más de un millón de refugiados venezolanos y que unos 20.000 brasileños residen en Venezuela.
“Es un país vecino, y a los vecinos no se los elige”, señaló el asesor, al reiterar que el interés de Brasil es evitar una escalada de tensiones en la región.
Presión sobre Maduro
Las declaraciones de Amorim se producen tras el despliegue de unos 4500 soldados estadounidenses y tres buques de guerra en aguas del Caribe, operación que la Casa Blanca presentó como parte de su estrategia para frenar el tráfico de drogas hacia su territorio. Washington acusa al gobierno venezolano de estar vinculado con el narcotráfico, en particular con el “Cártel de los Soles”.
El movimiento militar se ha interpretado en la región como una señal de presión sobre Caracas. El gobernante Nicolás Maduro —a quien Estados Unidos no reconoce como mandatario legítimo y sobre quien pesa una orden de captura federal— respondió anunciando que movilizará fuerzas militares y milicianas el territorio nacional.
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