Republica del Zulia

Julio Portillo: Necesitamos entonces promover el regionalismo como protesta al excesivo centralismo en todos los órdenes. Tenemos que despertar la conciencia política de la provincia.

sábado, 2 de agosto de 2025

EL PAÍS DE RÓMULO GALLEGOS Por Douglas Zabala

 


EN EL ANIVERSARIO DE SU NACIMIENTO

 

Rómulo Gallegos nació en Caracas el 2 de agosto de 1884. En sus páginas vive la pulsión del alma venezolana, especialmente en Canaima, donde retrata con lirismo el Orinoco: “El río niño… el río joven… el río macho… ya viejo y majestuoso sobre el vértice del Delta…” Esa descripción no sólo evoca la geografía, sino el fluir constante de un país que lucha por definirse.

Esa misma lucha marcó su trayectoria política. En tiempos oscuros, cuando Juan Vicente Gómez gobernaba con cepo y grillete, Gallegos se alzó con firmeza ética. En 1936, tras la muerte del dictador, fue nombrado ministro de Educación por Eleazar López Contreras. Su impulso reformista fue bloqueado por las resistencias del viejo orden, pero no abandonó su convicción.

En 1945 participó en la Revolución de Octubre, y en 1947 se convirtió en el primer presidente venezolano elegido por voto directo, secreto y universal. Su gobierno duró apenas ocho meses: fue derrocado por una Junta Militar que abriría paso a una de las dictaduras más severas del siglo XX. Desde su exilio en México, Gallegos se alejó de la política activa, pero nunca renunció a sus ideales 

Hoy, su legado nos interpela. Su pensamiento democrático y su lucha por una Venezuela justa deben ser rescatados. En una tierra donde aún hay presos políticos y ciudadanos perseguidos por pensar diferente, recordar a Gallegos es un acto de venezolanidad y de fe en lo posible. De que algún día quienes vivimos en la tierra a la que Gallegos le escribió encuentre los caminos de la negociación y reconciliación.

Rómulo Gallegos es un faro para las nuevas generaciones y para quienes sueñan con volver a una Venezuela sin pobreza, sin exilio forzado y donde el pensamiento libre no sea delito.

Su obra Doña Bárbara, Cantaclaro, La Trepadora, Canaima, sigue siendo semilla de conciencia y de esperanza. En palabras de Santos Luzardo: “Algún día será verdad. El progreso penetrará en la llanura y la barbarie retrocederá vencida.”

Ese día llegará si recuperamos el país que Gallegos soñó: digno, humano y profundamente libre.

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