Una de las funciones principales del educador, es justamente que sepa pensar y aprenda a hacerlo para que a su vez lo enseñe a sus discípulos. Neuro J. Villalobos Rincon.
Recordemos que según Alvin Toffler el sistema de riqueza de lo que el llamó la primera ola, se basaba principalmente en hacer crecer cosas y el segundo, en fabricar cosas. El sistema de riqueza de la tercera ola se basa cada vez más en servir, pensar, saber y experimentar. A medida que se despliegue el reciente sistema de riqueza basado en el conocimiento, iremos encaminados hacia un futuro en el que, como veremos, habrá más gente que “trabaje”, pero menos tendrá empleo.
Para los países subdesarrollados tocar el tema de la robótica, por ejemplo, reviste una especial contradicción, tanto por su necesaria comprensión y aplicación, como por la realidad que se expresa en sociedades en las cuales, otros problemas, como la marginalidad creciente, el analfabetismo y el deterioro progresivo de la educación, afectan las posibilidades de estructurar un grupo humano capaz de asimilar el conocimiento de avanzada, que le permita mejorar los niveles de vida y la competitividad del país.
Las instituciones de educación superior están obligadas a ampliar sus programas de internacionalización y darle prioridad a la adquisición y uso de las nuevas tecnologías de comunicación y de información, más aún, cuando sus presupuestos se reducen secularmente en términos reales, se cuestiona su capacidad de respuesta y se ven afectados los programas de actualización de su personal académico. La tendencia universal no puede obviarse y quedar subordinadas a los problemas cotidianos ya que se corre el riesgo de que el rezago sea mayor.. Dicho de nuevo en palabras de Toffler: “Pocos problemas supondrán mayor desafío que la creciente disfuncionalidad sistémica de tantas instituciones, en relación mutua pero desincronizadas.”
La alianza estratégica entre los distintos niveles de gobierno, empresarios, sociedad civil y universidades es una necesidad siempre presente, que no puede ni debe postergarse más. La calidad de la educación es un concepto multidimensional. En ella confluyen demasiados elementos y factores que es necesario tomar en consideración, como es el de la propia naturaleza de las instituciones, el desarrollo del conocimiento y el contexto social en el cual se imparte.
Las instituciones de educación superior tienen que transformarse estructuralmente. La estrategia sugiere un cambio organizacional para darle mayor flexibilidad a sus componentes internos, que permita incorporar rápida y fácilmente los avances científicos y tecnológicos planetarios y atender las demandas de nuevas carreras cuyas exigencias provienen del entorno social y productivo del país y cuyas características y modalidades para ser impartidas requiere de mucha creatividad e innovación.
En la educación superior se realiza la mayor parte de la investigación del país, la cual permite generar conocimiento que se difunde a través de la docencia de pre-grado y post-grado, y de las actividades de extensión. Una de las actividades principales del educador, es justamente que sepa pensar y aprenda a hacerlo para que a su vez lo enseñe a sus discípulos. En esas circunstancias es más fácil identificar los problemas nacionales y regionales y dar aportes a la solución de los mismos. Para cumplir esta titánica labor es necesario invertir recursos en forma eficiente.
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