La primera oleada de venezolanos en Colombia tomó la vía del Páramo Andino y se produjo a inicios del siglo XIX. No venían acosados por la hambruna ni porqué gobierno alguno los estuviera persiguiendo por sus ideales políticos.
No. Esos caraqueños, zulianos, valencianos, gochos y llaneros, al mando del General Simón Bolívar, habían resuelto salir a liberar Colombia y al resto del Continente del imperio español, quienes por siglos había invadido y colonizado estas tierras hasta convertirlas en parte de su territorio más allá de sus mares.
En este siglo XXI los nacidos en nuestra patria, de nuevo protagonizamos una oleada, esta vez de padres, madres, abuelos y niños, azotados por una de las peores crisis económica, social y política desde nuestra existencia republicana.
Hoy los venezolanos en dimensiones colosales nos hemos desparramado por todo el mundo, pero siendo Colombia nuestro vecino principal, aquí hemos venido a parar el mayor número de desplazados.
Venezuela será de nuevo la tierra de gracias anhelada y, en ese preciso instante cuando comience el cambio, el mundo nos verá de nuevo cruzando fronteras, pero esta vez hacia el futuro promisorio que nos espera en nuestro país, al lado de nuestros familiares y al resto de una Venezuela que volverá a retomar su rumbo para bien de las generaciones futuras; de manera tal, que ningún otro venezolano vuelva a cruzar la frontera, salvo que sea para compartir con el mundo la hermosa experiencia de ser venezolano.
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