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Julio Portillo: Necesitamos entonces promover el regionalismo como protesta al excesivo centralismo en todos los órdenes. Tenemos que despertar la conciencia política de la provincia.

miércoles, 7 de mayo de 2025

Hoy habla Powell, pero bitcoin ya sabe a dónde va

 

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Moneda de bitcoin delante del edificio de la Fed.

Bitcoin suele reaccionar con alta volatilidad ante todos los anuncios de la Fed sobre tasas de interés. Fuente: Imagen generada mediante Grok, por CriptoNoticias.

  • Se anticipa un miércoles de elevada volatilidad para el precio de bitcoin.
  • Inversionistas estarán atentos al discurso del presidente de la Fed, Jerome Powell.

Bitcoin (BTC) puede moverse bruscamente hoy. Tal vez suba a USD 100.000 si Jerome Powell se muestra más laxo en sus posturas de lo esperado, o tal vez caiga a USD 90.000 si el tono es más duro de lo que el mercado desea escuchar. Pero nada de eso importa demasiado si uno mira con perspectiva. En el fondo, bitcoin ya sabe a dónde va.

Como ocurre antes de cada decisión de la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos, el mercado entra en una fase de pausa, expectativa y especulación. Bitcoin no ha sido la excepción. Ayer, tal como CriptoNoticias lo detalló, cotizaba en torno a los 94.000 dólares, con movimientos suaves mientras los inversionistas esperaban las señales que dará hoy el presidente de la Fed, Jerome Powell. Se especula con que no habrá recorte de tasas esta vez, pero lo que sí podría mover los precios será el tono del discurso posterior.

Powell, lo sabemos, tiene una forma de influir en los mercados más allá de lo que dicten los comunicados oficiales. Un lenguaje más abierto a futuros recortes de tasas de interés podría encender el apetito por activos considerados «de riesgo». Un mensaje más rígido, en cambio, podría causar un retroceso en las acciones, las criptomonedas y otros instrumentos sensibles a la liquidez.

Pero incluso si bitcoin llegara a desplomarse hoy por efecto del discurso de Powell —algo que no se puede descartar—, la esencia de su propuesta sigue inamovible: bitcoin es una reserva de valor escasa, descentralizada, resistente a la manipulación política y cada vez más adoptada por individuos, empresas y, paradójicamente, gobiernos. El camino estructural de bitcoin es alcista, aunque el corto plazo se vista de rojo.


Gráfico histórico del precio de bitcoin (BTC). Fuente: TradingView.

El ruido del día, frente a la sinfonía del tiempo

Bitcoin tiene ciclos, y dentro de esos ciclos, momentos de alta volatilidad. Lo de hoy es, probablemente, uno de esos momentos. ¿Se moverá con fuerza? Es probable. ¿Importa eso para quien tiene convicción a largo plazo? Muy poco.

La política monetaria estadounidense es importante, por supuesto. En un sistema basado en dinero fíat, las tasas de interés fijadas por los bancos centrales influyen en los flujos de capital, el costo del dinero, el precio de los activos y el humor del mercado. Pero bitcoin, por diseño, está en el fondo desconectado de ese juego. No depende de decisiones humanas. No cambia su política monetaria según el ciclo electoral. No necesita que lo elijan para operar. Simplemente, existe.

Por eso, cuando uno ve a bitcoin moverse violentamente en días como hoy, lo más sabio es recordarse a uno mismo esto: nada fundamental ha cambiado. Su emisión sigue siendo predecible. Su oferta máxima sigue siendo de 21 millones. Su red sigue funcionando 24/7 sin permiso de nadie. Y su razón de ser sigue intacta: ser dinero duro en un mundo blando.

La Fed duda, bitcoin avanza

A diferencia de la Fed, que sigue operando bajo un régimen de «esperar y ver» frente a una economía con señales mixtas, bitcoin no titubea. No puede hacerlo. Está programado para seguir su rumbo, halving tras halving, bloque tras bloque.

Hoy la Reserva Federal enfrenta una disyuntiva complicada: la economía estadounidense muestra fortaleza en el empleo, pero también señales de inflación persistente debido a políticas comerciales agresivas como los aranceles a importaciones impuestos por la administración Trump. Eso deja a Powell entre la espada de un recorte de tasas de interés y la pared de una inflación que aún no cede. La respuesta institucional a esa encrucijada aparentemente será —una vez más— el inmovilismo.

Bitcoin, en cambio, no tiene ese problema. Su política monetaria no necesita adaptarse a los ciclos. No hay un Powell que decida cuándo imprimir más o cuándo endurecer. No hay comité. No hay votos. Pero sí hay un persistente camino alcista. Y por eso, muchos inversionistas de largo plazo han comprendido que cada corrección es, en realidad, una oportunidad de acumulación, como dice un conocido para nuestros lectores habituales, el analista Willy Woo.

En enero, bitcoin llegó a cotizar a casi USD 110.000 un nuevo máximo histórico impulsado por el entusiasmo tras la asunción de Donald Trump como presidente de Estados Unidos. Luego corrigió, como siempre hace. Ahora está cerca de los 97.000 dólares, en un rango lateral que refleja la expectativa por nuevos catalizadores.

El mercado puede tomarse un respiro, o incluso una caída, si Powell no entrega hoy las señales que quiere escuchar. Pero si uno mira más allá de la jornada, los fundamentos siguen intactos. La demanda institucional crece (más de 10 empresas compraron bitcoin en abril). La narrativa del «oro digital» se consolida. Y cada vez más países están prestando atención a bitcoin, no como amenaza, sino como activo estratégico.

En otras palabras: el precio de hoy es solo un fotograma. La película sigue en marcha. Y los que entienden el guion saben que este activo se mueve por mareas profundas, no por olas superficiales.

Bitcoin: sin miedo, sin prisa, sin permiso

Quien invierte en bitcoin con mentalidad de corto plazo está expuesto a emociones intensas, ansiedad y decisiones impulsivas. Pero quien lo hace con una mirada de años —incluso décadas— puede permitirse la serenidad.

La historia de bitcoin está llena de momentos como el de hoy. Días en los que los titulares se llenan de pánico o euforia por declaraciones de burócratas. Días en los que se especula con subidas o desplomes. Pero esos días pasan. Lo que queda es la red, su escasez, su adopción y su credibilidad.

Por eso, aunque hoy haya sobresaltos, no me preocupa. No necesito saber si BTC cerrará el día en 90.000 o en 100.000 dólares. Sé que en 2030 y más allá, quienes hoy tengan bitcoin en custodia propia habrán hecho una de las apuestas más racionales de su vida.

Hoy hablará Powell. Los mercados se moverán. Los medios harán su espectáculo. Algunos venderán en pánico. Otros comprarán en euforia. Pero bitcoin seguirá haciendo lo que mejor sabe hacer: mantenerse incorruptible, escaso y verificable.

Los que apostamos por él a largo plazo no necesitan certezas inmediatas. Solo paciencia y convicción. El ruido de hoy pasará. Lo que no pasa es la revolución monetaria que representa bitcoin.

https://www.criptonoticias.com/opinion/

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