El Parlamento Europeo ha aprobado una nueva resolución sobre Venezuela, la primera tras la toma de posesión del pasado 10 de enero, y en este nuevo texto se condena «en los términos más enérgicos la usurpación de la presidencia por parte de Nicolás Maduro».
Por El Mundo
El documento, además, pide más nuevas sanciones contra el dictador, «su círculo íntimo y sus familias, incluidos Jorge Rodríguez y Vladimir Padrino López», y recuerda que, «sobre la base de las actas electorales presentadas por la oposición democrática al régimen», el propio Parlamento Europeo reconoció a Edmundo González como el «legítimo vencedor de las elecciones presidenciales».
La resolución ha salido adelante, principalmente, con los votos del Partido Popular Europeo, de Renew y también los de los socialistas. Tanto los liberales como S&D no apoyaron la anterior resolución en la que se reconocía a Edmundo González como presidente electo. En esta, en cambio, sí lo han hecho aunque desde el grupo socialistas explican que no se ha producido un cambio de postura y, de hecho, señalan que el término «presidente electo» sólo figura en las consideraciones pero no en las peticiones. En
«No instamos a nadie a que lo reconozca», subrayan fuentes del S&D. Y, de hecho, los socialistas no han firmado la resolución como sí han hecho el PP, Renew y ERC ( el partido de Giorgia Meloni) por esto mismo motivo. «No estamos de acuerdo con el reconocimiento», añaden para dejar clara su posición.
Asimismo, el documento «condena además la persecución perpetrada por el régimen contra la oposición democrática al régimen y el pueblo venezolano, así como contra numerosos ciudadanos de la UE que han sido detenidos arbitrariamente y permanecen injustamente encarcelados», y «llama la atención sobre el hecho de que la toma ilegítima del poder por Maduro ha exacerbado una grave crisis humanitaria preexistente».
El régimen chavista ya «había llevado a más de ocho millones de venezolanos a buscar refugio en el extranjero», y ahora «probablemente obligará a huir a un número aún mayor, lo que dará lugar a una presión migratoria renovada y creciente que se dejará sentir con mayor intensidad en la vecindad directa de Venezuela».
Y a todo ello, la Eurocámara añade que «entre democracia y dictadura no hay lugar para la ambigüedad o el término medio, ya que o se está del lado de los demócratas y de los que sufren la represión, o del lado de los dictadores».
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