El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, ha informado que Estados Unidos no comprará más petróleo a Venezuela y que ese país más bien usará y colocará en el mercado sus amplias reservas de crudo.
De llegar a concretarse la medida, las arcas venezolanas verán reducidas al menos en un tercio su ingreso de moneda extranjera y se verá obligado el Estado a ofrecer el crudo en mercados poco transparentes con altos descuentos.
A estas alturas, Venezuela no solo no ha podido abandonar el modelo rentista, sino que depende como nunca de los hidrocarburos, mientras la alicaída industria no petrolera ha visto limitada su capacidad exportadora y otras áreas, como el turismo, son afectadas por la crisis de los servicios públicos y por la inseguridad, ya que el propio régimen se ha ufanado de la captura masiva de extranjeros.
Sin cambios, no pintan nada bien las cosas en el plano económico en Venezuela.
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