“No queremos que la tiranía que busca tinieblas tenga adoradores, ni la ignorancia que la sirve prosélitos”
Cecilio Acosta
Las cosas por sabidas se callan y por calladas se olvidan, por ello considero necesario actuar en mi condición de académico universitario, poniendo de relieve lo establecido en la Ley de Universidades, específicamente en su artículo 1, que a continuación reproduzco:
Art 1 “La Universidad venezolana es fundamentalmente una comunidad de intereses espirituales que reúne a profesores y estudiantes en la tarea de buscar la verdad y afianzar los valores trascendentales del hombre”.
En tal sentido, siendo que la definición de Universidad es la de una comunidad con intereses espirituales en procura de la verdad, es menester emplear un lenguaje apropiado con tan elevados fines y evitar caer en “los infortunios del habla” (Austin, 1962), alejándose de la mentira y de la falacia ad hominem que ataca a la persona y no al argumento, el uso y abuso de los medios “líquidos de las comunicaciones modernas” (Bauman, 2000), para alimentar una posverdad con posturas que se encuentran en las antípodas del elemental tino requerido para ocupar la cartera ministerial de educación universitaria, pues el señor ministro se dirige a sus pares y debería contar con las mínimas competencias que redunden en la sana convivencia entre pares académicos.
En medio de un video, publicado en la red social Instagram, el ministro Ricardo Sánchez Mujica, al fragor de su acostumbrada manera atropellada de hablar, que raya en la dislexia, anuncia el inicio de un año victorioso para la comunidad universitaria, un año en el cual se integrarían modificaciones curriculares a las carreras, para llevarlas a un cuatrienio, sin mostrar o explicar la manera en la cual se pretende materializar tal plan, pues el tema de acortar las carreras de cinco a cuatro años y crear salidas intermedias, no es otra cosa que la connatural obsesión de toda tiranía, es decir, destruir la educación y la cultura, a los fines de minar el pensamiento y sustituir la enseñanza por la obediencia ciega. Ese es justamente el objetivo final de todas las tiranías: hundir a la escuela, destruir la educación y con ello deconstruir al ser humano, desproveerlo de su carga crítica, su sentido común y desposeerlo de su carácter ontológico, es decir, que el ser humano, deje de comportarse como un ser y sea cosificado, el tema de la alienación esgrimida por los socialistas trogloditas, que termina volcándose en la suma de deconstrucción social, con la violencia simbólica en el habla, “giro performativo del lenguaje, que incardina la violencia pasivo simbólica y el giro ético-político, que va más allá de la metafísica y se direcciona hacia el poder político”. (Derrida, 2018)
Cuando Ricardo Sánchez Mujica se atropella al hablar, indica que todos los universitarios, estamos dispuestos para acompañar a la juramentación de Nicolás Maduro, de nuevo este individuo vuelve a caer en el fango de la mentira, pues sobre las elecciones del 28 de julio de 2024 pesan densos nubarrones de nulidad, vicios de ejecución y un vaho de fraude que es absolutamente inobjetable. Hasta el Congreso colombiano ha tildado de fraudulentas esas elecciones, seguido por Argentina, Paraguay, Uruguay, Chile, España, la Unión Europea, Estados Unidos, el Centro Carter, entre otros. Entonces, este ministro universitario no puede contarse como un igual en la comunidad de intereses individuales en procura de la verdad, pues su espíritu está vaciado de racionalidad, de pulsión veritativa, que le imprima validez a sus actos. Valdría la pena conocer si en la opaca formación académica de Sánchez, este sujeto estudió, leyó o se tropezó con la obra de Thorstein Veblen y el concepto del “espíritu como promotor en la toma de decisiones” (Veblen, 1898).
Demostrado esto al ministro, desde el teclado de un miembro de la comunidad universitaria, es decir, de un profesor, me permito aclararle, ya no en la búsqueda de que cambie su postura pues hay batallas perdidas, sobre todo en los marcos axiológicos, pero sí demostrarle su error y falacia ad hominem, al pretender usted representar la voluntad de nuestros espíritus académicos, para convalidar un acto que es una mentira, una contradicción, muy lejana a la verdad. Honre usted, señor ministro, su cargo y al menos lea antes de acudir a su atropellada verborrea, vaciada de verdad, de moral y de racionalidad.
Algunos datos de la Enobu (Encuesta Nacional de Observación de Condiciones de Vida de los Universitarios). Datos demográficos necesarios para ejercer una cartera ministerial o un cargo de alto nivel en la administración pública, el vicio de la ineptitud y la negligencia en el poder.
Sí hay alguna tara mental, axiológica y gnoseológica que nos haya reafirmado el chavismo, es ese refrán popular que textualmente reza: “El cargo habilita”, estos extravíos ya existentes en la Venezuela del periodo previo al chavismo, fueron los intersticios a través de los cuales una sociedad sin pulso democrático votó a un golpista y luego adormecida, “bajo las dimensiones del insilio, el miedo y la hipnosis del alma” (Aguilar, 2020), todas ellas constitutivas del daño antropológico, asistimos a este vodevil de nombramientos de sujetos expoliados de talento, sin virtudes, pero absolutamente reptantes, trepadores y traidores, lo que garantiza la obediencia ciega ante cualquier tropelía o atropello a la dignidad de terceros.
Justamente esta propensión para despreciar la formación académica devienen sociedades de “caciquismos, espacios de hostilidad con las formas, capaces de sacarle el color de la cara a cualquiera” (Costa Martínez, 2022), Venezuela en suma se ha hecho cada vez más primitiva, más hosca, más envilecida, el talento apesta y cualquier ignaro puede ocupar un cargo de alta responsabilidad. Nunca antes la kakistocracia había definido el concepto de alto funcionario, este es un régimen de los peores, de hecho el ministro de la cartera de Educación Universitaria no tiene una trayectoria académica publicable en ningún sitio web, de tenerla es tal el grado de extravío moral que la misma podría estar forjada o manida por las universidades, paralelas propiedad del régimen, pues este es un país dual, ante la Asociación Venezolana de Rectores Universitarios (Averu), surge la Asociación de Rectores Bolivarianos (ARBOL) y de allí cualquier atropello o adefesio es posible, títulos de especializaciones inmediatas, con el mismo tiempo o menor a un diplomado, sin componente en idiomas y menos en técnicas cuantitativas, magísteres sin profundización y doctorados, que se cursan in company, sin contar con el título de magister o el escalafón de profesor agregado en calidad de plantilla ordinaria, una verdadera fauna de adefesios académicos, de los cuales se valen tirios y troyanos, para exhibir galones académicos espurios, que los conviertan en Doctores de la nada, en especialistas del mal, en nulidades prepotentes.
Esta introducción surge a la luz, de que en este ex país, los métodos propuestos por organismos, como el Programa de Desarrollo de la Organización de las Naciones Unidas (PNUD), Banco Mundial, entre otras, de las cuales este país es signatario, se han convertido en letra muerta, pues ante la ineptitud de quienes ejercen los cargos se prefiere, obviar los procedimientos lícitos y acudir a formas ad hoc, que se correspondan con la mediocridad de quien ejerce el cargo, eso ocurre en el régimen central y en muchos gobiernos locales y regionales de cuestionable “oposición”, por ello el fenómeno de la dupla María Corina Machado y Edmundo González Urrutia ha sepultado las estructuras carcomidas de corrupción de los partidos políticos, así como la connivencia perversa de los colaboradores del mal.
Volviendo al tema, el ministro Sánchez apareció en la palestra pública como uno de esos eternos dirigentes estudiantiles, aquellos quienes no estudian y por ende no pueden ser la representación de los estudiantes aplicados, no obstante, este sujeto fue diputado suplente de María Corina Machado en 2010, luego durmió el sueño de Kafka y mutó en blatodeo.
Es necesario explicarle al señor Sánchez que, de acuerdo con el Observatorio Venezolano de Universidades, 75% de los profesores ha pensado en abandonar la docencia, pues no hay condiciones mínimas de decencia laboral; así mismo, 32% de los profesores universitarios y 21% de los estudiantes realizan menos de 2 comidas diarias, 94% de los profesores y el 81% de los estudiantes comen peor o igual que en 2022.
En la región de Guayana las universidades están diezmadas: 40% de los profesores y 30% de los estudiantes comen una vez al día.
En 2023, de acuerdo con el Observatorio de Universidades (OBU) 82% de los profesores y 69% de los estudiantes han disminuido sus porciones de comida al día.
49% de los profesores y 39% de los estudiantes han vendido bienes o los intercambian por comida.
Según el OBU, en 2023 el resultado de su encuesta arroja datos alarmantes: 27% de los profesores y 18% de los estudiantes universitarios en Venezuela viven en hogares con un porcentaje de consumo de alimentos (PCA) alarmante, este dato se obtiene de la capacidad de adquirir la canasta alimentaria normativa, una dimensión de pobreza de ingreso y de multifactorabilidad de la pobreza en sí misma, claramente explicada por la ONU, el PNUD y el BM.
En la dimensión de salud, la Enobu 2023 dio a conocer que de cada 10 profesores 6 padecen problemas de salud, es decir el 60% y de cada 10 estudiantes 8 presentan morbilidades, es decir el 80%. Hecho que indica que la población de nuevo ingreso universitario, arrastra los traumas de la precariedad nutricional, que incide en la cognición básica, pero claro en unas universidades, usadas de escabel del régimen importa más la masificación que la calidad académica, cada vez más comprometida, es más prioritario el espectáculo de las fiestas para los nuevos ingresos, que las condiciones de miseria de profesores, administrativos y obreros universitarios, total, es circo sin pan.
El acceso a la salud es otro drama: 56% de los profesores han vendido sus activos para costear gastos médicos y el 40% de los estudiantes hace lo propio.
69% de los profesores debe buscar otros empleos para lograr sobrevivir, además de que esto compromete sus funciones de investigación y extensión, se ven forzados a salir de sus ámbitos de desarrollo profesional y aceptar cualquier tipo de atropello, vejación o humillación, por la necesidad del empleo, en el cual muchas veces los superiores no cuentan ni con una cuarta parte de la experiencia y formación de los profesores empobrecidos. El maltrato se recibe del Estado y del patrono público o privado, quien subestima al académico contratado, en condiciones irreconciliables con su grado de preparación, este debe aceptar callado por hambre y necesidad, ninguna sociedad maltrata a sus capas más preparadas y puede considerarse una justa, equilibrada y desarrollada.
29% de los estudiantes recibe ayuda de sus familiares en el exilio para costear sus estudios. Quienes adolecen de esta ayuda sencillamente desertan, se emplean en sectores informales y decuplican en el peor de los casos el salario mensual de un profesor titular con grado de quinto nivel.
En el ámbito de la salud mental: 61% de los profesores presenta síntomas de depresión y 31% desarrolla síntomas de ansiedad crónica, 51% de los estudiantes padece el mismo cuadro psicoemocional, las cifras de suicidios dan cuenta de este horror, del cual nadie habla, pues se banaliza el mal absoluto.
Estos datos de demografía económica deben ser manejados por el encargado de la cartera ministerial, su desconocimiento supone improvisación en el ejercicio profesional e indolencia, es un acto de corrupción aceptar un cargo para el cual no se cuenta con las competencias mínimas.
Finalmente, el mensaje de Ricardo Sánchez es una burla. Primero, no hay posibilidades de un inicio de clases con potencia y menos atado a la consigna abyecta de los motores de la economía, las modificaciones curriculares, salidas intermedias y toda esa monserga barata de la nueva planificación educativa es la pócima de Locusta para terminar de asesinar a las universidades, pues la asignación de presupuestos ridículamente bajos, aunado con las deplorables condiciones de la infraestructura, han logrado casi extinguir el alma mater nacional. Como corolario, un ministro que parece más un dirigente político partidista que un hacedor de políticas públicas demuestra el grado de fragilidad institucional. Las academias no aplauden la mentira, no convalidan el fraude y menos veneran las sombras de la ignorancia. Aun perseguidos y con el riego a flor de piel, permaneceremos hasta el final, reclamando el imperio de la verdad, el mandato del pueblo en las urnas electorales y la paz, no como imposición sino como acuerdo elemental de respeto a la voluntad expresada, aquí no tenemos razones para celebrar, pero sobran las razones para protestar y reclamar.
Referencias
Aguilar, L. (2020). Reflexiones sobre Cuba y su futuro. Miami: Universal.
Austin, J. (1962). Cómo hacer cosas con palabras. Massachusetts: Universidad Harvard.
Bauman, Z. (2000). Modernidad Líquida. México: Fondo de la Cultura Económica.
Costa Martínez, J. (2022). Oligarquia y Caciquismo como formas de gobierno. California: Creative Media Partners LLC.
Derrida, J. (2018). Violencia Una lectura desde la decostrucción de Jaques Derrida. Santiago de Chile.: Metales Pesados.
Veblen, T. (1898). Why is Economics not an Evolucionary Science? The Quarterly Journal of Economics: Oxford University Press.
“Para ser felices se necesita eliminar dos cosas:
el temor de un mal futuro y el recuerdo de un mal pasado”
Séneca
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