El Gobierno mexicano anunció el jueves un aumento de los aranceles para las importaciones de productos textiles de hasta el 35%. El secretario de Economía, Marcelo Ebrard, subrayó este jueves durante el anuncio del decreto que la medida no está dirigida a ningún país en concreto, pero el principal afectado será el comercio chino. El país asiático es el origen de más de una tercera parte del total de importaciones textiles a México. Los empresarios nacionales, que han aplaudido la medida, llevaban tiempo denunciando prácticas desleales por parte del comercio chino, como las rutas para evadir el pago de impuestos que les permiten competir con ventaja frente a la industria mexicana.
Las claves del arancel mexicano a las importaciones textiles: presión a China y un mensaje para Trump
La subida de aranceles, dirigida a todos los países con los que México no haya firmado un acuerdo de libre comercio, llega además en un momento de gran tensión con Estados Unidos. El presidente electo, Donald Trump, acusa a México de ser la puerta trasera de las exportaciones chinas y amenaza con dinamitar las renegociaciones del TMEC, previstas para el año que viene. México es el principal socio comercial de EE UU, destino del 85% de sus exportaciones, que suponen casi la tercera parte del PIB. Desde la victoria de Trump, la presidenta Claudia Sheinbaum ha puesto en marcha una estrategia hacer frente al magnate republicano, una combinación de repuestas defensivas en sus conferencias mañaneras y acciones concretas como esta subida de aranceles o la reciente confiscación de toneladas de productos mayoristas chinos.
¿Quién gana y quién pierde?
Sheinbaum ha defendido la subida arancelaria como una defensa de los intereses de la industria textil mexicana. El sector, que representa casi el 2% del PIB, acumula ocho trimestres consecutivos de caídas y la pérdida de 70.000 empleos. El empresariado mexicano ha celebrado la medida como un “extraordinario avance”. El impacto de la competencia china es aún más notorio si se atiende al recorrido de las últimas décadas. El textil fue uno de los sectores claves desde la firma del primer tratado de libre comercio en América (TLC) en 1994. México se estableció como un nodo de producción a gran escala, con mano de obra barata y el destino casi único del vecino del norte. Es el modelo de las maquilas: grandes fábricas situadas en los estados fronterizos. Durante los primeros años el sector creció a tasas cercanas al doble dígito. Hasta la entrada de China en la Organización Mundial del Comercio (OMC) en el 2000, cuando México acumuló casi una década de caídas.
El Gobierno respalda con la medida de esta semana las denuncias de los empresarios. Consideran que es competencia desleal el hecho de que muchas veces los productos chinos entran ya terminados a territorio mexicano con fines de exportación, pero finalmente se distribuían en el mercado nacional sin pagar impuestos. China es el origen del 35% por ciento de los textiles importados, que no siempre son productos terminados o confeccionados, como se le llama en el sector. De hecho, el decreto también eleva al 15% los aranceles a productos no terminados. Este detalle ha despertado también preocupación entre el sector mexicano, que importa esa materia prima china, y prevé una elevación de los costes logísticos, que a su vez repercutirá en el consumidor mexicano aunque compre producto nacional.
Mensaje a China y a Trump
El magnate republicano, que ya emprendió una guerra comercial contra china en su primer mandato, acusa a México de triangular las mercancías chinas que pasan por su territorio rumbo al norte de la frontera sin pagar impuestos. El órdago de Trump ha empujado también a Justin Trudeau, el primer ministro canadiense, a presionar a México para que ponga freno al comercio chino. Sheinbaum ha respondido de manera clara: “Esta idea de que a través de México están entrando los productos chinos para llevarlos a Estados Unidos, no es correcta”. Pero a la vez ha anunciado planes para sustituir las importaciones chinas por productos elaborados en México, sobre todo en la industria manufacturera.
El Gobierno mexicano ha ido mandando mensajes mediante acciones concretas con la intención de aplacar las amenazas del magnate antes incluso de que llegue a la Casa Blanca. Además de los aranceles, el decreto firmado esta semana aumenta también la lista de productos que no se pueden importar para uso en industrias manufactureras. Por ejemplo, textiles utilizados para la fabricación de autopartes en la industria de automóvil. Otra de las acciones cargadas de simbolismo fue la confiscación el mes pasado de 262.000 productos mayoristas chinos, con un valor de 7,5 millones de pesos, y el cierre de un centro comercial destinado a su venta en Ciudad de México. Según datos de la Cámara Nacional de la Industria Textil, tres de cada cinco prendas que se venden en México llegan de una manera desleal. Es decir, que evaden los impuestos haciéndose pasar por productos para la exportación.
Las medidas proteccionistas no son nuevas ni específicas del Gobierno de Sheinbaum. En abril de este año, López Obrador elevó también aranceles temporales sobre el comercio asiático y en particular con China, con quien México tiene un fuerte déficit comercial. Al cierre de 2023, el desbalance entre estos dos países superó los 104.000 millones de dólares. La presidenta Sheinbaum no descarto incluso que la subida de aranceles afecte también a las plataformas chinas de venta online como Temu o Shein. Fuentes del sector, en todo caso, pronostican que esta media no les afectará demasiado. Aunque adelante que el Gobierno ya prepara para el año que viene una regulación específica para ellas.
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