El patrón de comportamiento entre Maduro y Putin indica que existe un mutualismo entre las partes, en momentos cuando sus regímenes muestran signos contundentes de vulnerabilidad. Por ejemplo, en cuanto al tema económico, en los últimos días, el rublo alcanzó su nivel más bajo desde marzo de 2022, en las semanas posteriores al lanzamiento de la invasión a gran escala de Ucrania.
Nada debilita el vínculo entre el presidente de Rusia, Vladimir Putin y el dictador chavista, Nicolás Maduro. A sólo tres semanas para la juramentación de quien dirigirá a Venezuela hasta 2030, el Kremlin avala su investidura desconociendo el fraude electoral cometido por Miraflores en los comicios del pasado 28 de julio.
Desde Moscú, el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, reveló que expresó a su par venezolano, Yván Gil, mediante una llamada telefónica que Putin respalda “un nuevo plazo” de Maduro al frente del Ejecutivo. Además, la conversación sirvió a ambos funcionarios para debatir “temas bilaterales actuales” y manifestar la “disposición mutua de continuar coordinando la interacción ruso-venezolana respecto a temas de carácter internacional”, según publica Infobae.
- Lea también: Maduro tiene que irse
- Lea también: Putin se prepara para recibir a Maduro en Rusia
Las interpretaciones son fáciles. La cooperación entre Putin y Maduro no cesará pese incurrir en irregularidades durante el proceso electoral, relacionadas no sólo con la falta de transparencia de los resultados al impedir la presentación de las actas sino también con aberraciones como el encarcelamiento de opositores, la inhabilitación de candidatos y la expulsión de observadores.
Apoyo intacto
Después de dos décadas de chavismo, Moscú mantienen intacto su “alianza estratégica” con Caracas a través de acuerdos energéticos, petroleros, turísticos, culturales y educativos. La prueba más reciente es la firma de 17 convenios durante la XVIII reunión de la Comisión Intergubernamental de Alto Nivel (Cian), la cual se celebró en Caracas durante el mes de noviembre.
Este escenario fue el propicio para también extender la ayuda al sector militar en un contexto de conflictos, a lo interno en Venezuela con una juramentación que a todas luces es írrita, que no reconoce un numeroso grupo de países, como a lo externo en Rusia que está quedándose sin aliados a medidas que pasan los días. Ahora, ¿por qué, con escenarios de complejidad importante, se manda un mensaje de esta naturaleza, afianzando unidad entre regímenes?
Tal vez esto responde a un compromiso moral de Putin, considerando que el régimen venezolano fue uno de los pocos en reconocer la independencia de Abjasia y Osetia del Sur, un movimiento que favorecía sus intereses. Además, las empresas rusas Rosneft y Gazprom tienen una participación activa en la explotación de la industria petrolera venezolana.
Asimismo, el patrón de comportamiento entre Maduro y Putin indica que existe un mutualismo entre las partes, en momentos cuando sus regímenes muestran signos contundentes de vulnerabilidad. Por ejemplo, en cuanto al tema económico, en los últimos días, el rublo alcanzó su nivel más bajo desde marzo de 2022, en las semanas posteriores al lanzamiento de la invasión a gran escala de Ucrania.
De hecho, el 27 de noviembre, un rublo valía 0,009 dólares estadounidenses o 0,0085 euros, un indicativo que muestra cómo la moneda rusa se ha desplomado un 54 % desde su máximo en junio de 2022. Sumado a este golpe económico y el saco roto de dinero que ha sido la guerra contra Zelenski y el pueblo ucraniano, Putin tiene un panorama complicado con las pérdidas de posiciones que enfrentó tanto en Georgia como en Siria.
Actualmente, Georgia está buscando su propia ‘revolución naranja’, sublevándose a los tentáculos prorrusos, mientras que en la nación de Oriente Medio lograron derrocar al dictador Bashar Al Assad, quien era un aliado estratégico del autócrata ruso.
Un amigo fiel
Maduro retribuye a Putin su espaldarazo en medio del aislamiento internacional que enfrenta por aferrarse al poder y se deshace en halagos para el mandatario ruso. Lo considera desde un “defensor de la democracia y de la “lucha antifascista”. Sin embargo, detrás de esta amistad hay un interés mayor del régimen chavista: ingresar al bloque de países BRICS, liderado por Rusia.
Lograrlo es complejo. Persuadir a Putin para conseguirlo parece poco, después de quedar fuera de la cumbre de las economías emergentes hecha en octubre en Kazán, un evento donde Venezuela y Nicaragua no formaron parte.
La presión de Brasil los excluyó. Si bien no hubo un veto formal, fuentes cercanas indican que Brasil, bajo el liderazgo de su presidente Luiz Inácio Lula da Silva, expresó su descontento respecto a la participación de Venezuela, debido a tensiones políticas con el régimen de Nicolás Maduro.
El revés fue inesperado para Maduro, sobre todo porque Lula no asistió personalmente al evento debido a problemas de salud. Sin embargo, el ministro de Relaciones Exteriores, Mauro Vieira, actuó bajo su dirección.
Otra reforma más
Saberse con los apoyos contados, tiene a Maduro intentando conformar un equipo de asesores nacionales e internacionales para lanzar una “gran reforma constitucional”.
Aunque vocifera que sería para promover “la soberanía nacional”, el anuncio de la iniciativa implicaría, sin dudas, mayores restricciones para la sociedad y más autoritarismo institucional. ¿Quiere Maduro su propia Carta Magna para sepultar la heredada de Hugo Chávez? Es evidente. Su vicepresidente, Delcy Rodríguez, ya le organiza una “fiesta nacional”, para celebrar antes la juramentación.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario