Braulio Jatar, abogado chileno-venezolano, editor, líder migrante y ex preso político de Nicolás Maduro, forma parte en Santiago de Chile, donde nació, de TC Abogados, uno de los bufetes más reconocidos en la capital chilena y desde donde, como representante de Deivis Agüero, taxista larense víctima de insultos y agresiones por parte de una estudiante universitaria chilena, logró un acuerdo conciliatorio histórico.
Versión Final
Entre las acciones logradas destacan las disculpas públicas de Constanza Ruiz, de 26 años, y el compromiso de ella de acudir a una consulta con un profesional de la salud mental, luego que ella reconociera problemas de adicción a las drogas y de conducta violenta a raíz de su difícil crianza, internada incluso en el Sename.
Versión Final conversó con Braulio, en el marco de su nueva de sección de entrevistas vía streaming, y este fue el resultado de la entrevista con Raúl Semprún.
Sobre la posición de algunos venezolanos en torno del acuerdo conciliatorio entre Agüero y Ruiz, fue directo:
“Realmente nuestra obligación no es complacer a las personas, nuestra obligación es satisfacer las peticiones de nuestros clientes. Y luego de explicarle las opciones a seguir en su caso, Deivis Agüero solicitó lo que hemos denominado justicia restaurativa que, a diferencia de la justicia retributiva o punitiva, busca incorporar al agresor a la ecuación de la resolución del caso. Este caso era un buen caso para justicia restaurativa. La palabra restaurativa implica restaurar el tejido social”.
Jatar asegura que quiere implantar este término de justicia restaurativa. “En los medios venezolanos todos me preguntan qué es justicia porque en Venezuela jamás se ha usado. Fue por tanto un precedente importante, es el primero que podemos presentar como resultado de lo que es la nueva justicia, también en nuestro país de origen”
El abogado chileno venezolano confía en que más de un xenófobo piense mucho más actuar luego de este precedente.
Te voy a decir donde se usaba la justicia restaurativa para que entendamos los contextos: La justicia restaurativa se ha usado, por ejemplo, luego de la lucha del apartheid en Suráfrica. Desmond Tutu, que era el que presidía la Comisión de Justicia y Verdad y Reconciliación después de la toma de posesión de Nelson Mandela, llevó adelante un proceso de justicia restaurativa en donde a los agresores, que eran mucho más violentos que lo que vimos y estamos hablando del linchamiento, persecución, degollamiento, etcétera, etcétera, se le dio una oportunidad a las personas para que participaran en el proceso de reconciliación”.
El también editor de Reporte Confidencial se refirió a la cobertura del caso de un niño herido, gravemente lesionado, en un colegio público de Santiago, y que produjo una nueva campaña de descrédito y de acusaciones y descalificativos contra la comunidad de Venezuela, principalmente en redes sociales. “Yo pedí a nuestro equipo de redes de la oficina que hiciera capturas de eso. Coincido con que estamos en una situación que quisiera identificar como producto de pocas manos sobre una plataforma, porque todos los días con venezolanos estamos en la calle y en mi caso particular no he recibido otra cosa que un trato cortés a todas partes donde voy”.
Jatar entiende que, si bien algunos venezolanos tienen incidencia o mayor exposición a situaciones complejas, las redes en Chile no reflejan la verdad, la convivencia de la gente, de la comunidad inmigrante y de los chilenos.
“Las redes pretenden distorsionar esa realidad. Lo decíamos en el caso de Deivid, quien está totalmente alejado y satisfecho y las redes presentan esto como si hubiéramos hecho una cosa al contrario de lo que debería haberse hecho. Nosotros tenemos una reunión en la oficina de abogados que hizo un planteamiento y el poder abordar la reserva con respecto a cómo atender esta situación de propagación de noticias porque no es un fake news inofensivo, es un fake news que está buscando viralmente es crear una pugnacidad que tenemos que evitar y llamar al concurso y acuerdo de todos”, advierte.
Sobre el caso del niño de 10 años con TEA, rechaza el peligroso enfoque de algunos medios de comunicación. “Qué pasó, según la versión de su mamá, que ellos en octubre tuvieron una situación en la cancha del colegio, estaban jugando los tres y aparentemente tumban al niño y el niño cae en un lugar donde se hace un daño terrible, terrible, los medios colocan, lo empalaron, pero, de acuerdo con los testimonios que ofrecen los docentes y el plantel, fue un hecho accidental en el que no estuvieron involucrados niños extranjeros. Los medios lo plasmaron como si hubiese sido un hecho sometido en ese momento bajo el bullying, sin una investigación seria, sin tener factores o elementos que pudieran probar”.
Bots en pocas manos
Para el representante de TC Abogados, en su bufete consideran y realizan evaluaciones para determinar el uso de bots en redes para multiplicar el odio y la xenofobia. “Tienen que estar contratados por pocas manos que buscan generar esta situación de confrontación, lo que nos preocupa es que siempre son esos bots manejados por pocas manos los que fabrican hechos y luego lanzan campañas con títulos como: ‘Veneko o venezolano” y de ahí se empieza a producir una descarga de mensajes ofensivos que nos preocupan”.
Jatar reflexiona sobre el comportamiento del chileno común.
No está de ninguna manera convencido de un trato distinto al venezolano en razón de que convive con él, por lo general con buena voluntad. Ellos tienen los problemas que tenemos todos, pero cuando tú sometes a una sociedad con una cadena de informaciones repetidas en redes, bueno, posiblemente eso quiera producir un efecto en más de algún sitio, en más de alguna mente y eso es exactamente lo que nosotros tenemos que abordar con tiempo”.
El también académico sostiene que todo apunta a que “pocas personas manejan una voz única” exclusivamente para generar controversia entre comunidades en Chile. “Y eso obviamente en la Constitución chilena y en la venezolana, una de las causas que no se permiten, es la de mensajes que puedan que llamen a la violencia y a la guerra. “Eso está en la Constitución”, advierte.
El objetivo de la investigación que realizan no será para censurar a nadie sino para establecer responsabilidad en aquellos que utilizan un lenguaje que insista en la violencia. “Cuando digo guerra, podría entenderse como una guerra de menor escala, pero ciertamente eso es lo que están promoviendo y nosotros tenemos que hacer algo en función de la paz social que debe existir en Chile. Eso a nivel técnico tecnológico pudiera llegar incluso a comprobarse la responsabilidad de una persona que está dirigiendo estos bots. Obviamente, podría haber algún tipo de sanción penal en relación con esto de llegar a certificarse esta autoría. Bueno, la PDI tiene aquí una división de delitos de este tipo. Eso no es difícil de detectar”.
Rol político en el futuro
En relación con la posición que asume Jatar, en función de la protección de los migrantes, es enfático y prefiere no separar.
Yo no voy ni siquiera a representar a los migrantes. Quiero representar el futuro del Chile, de integración, para que este país salga adelante utilizando la mano de obra y los cerebros y la fuerza intelectual de los migrantes. Yo hablo del Chile de TODOS, en el que simplemente se integran los mejores independientemente de su origen, su raza, su color, su edad, su sexo”.
Con respecto a la falta de cohesión como comunidad y a los liderazgos políticos en la población migrante, específicamente la venezolana, le preocupa que organizaciones políticas de Venezuela con presencia en Chile parecieran repetir el mismo modelo.
Aquí hay que empezar a plantear nombres para ocupar puestos políticos en Chile. Yo que soy chileno, tengo entre mis expectativas afianzar una carrera política en la política de defensa del Chile del futuro, de ese Chile de integración. Y en ese sentido aspiro a que los nombres que se presenten, que representen esa comunión del Chile del futuro integrado, deben salvaguardar bien los intereses de los inmigrantes de todas las nacionalidades”.
Jatar se refiere a Chile y asegura que hay una “violencia contenida” a raíz de los sucesos de septiembre de 1973. “Aquí se sigue separando a la población entre el pinochetismo y el antipinochetismo. Si a eso le agregamos ahora una nueva batalla entre nacional y extranjero, lo que estamos, como he dicho yo, es creando una cruz que va a terminar sepultando a Chile, una nación que tiene derecho a surgir y y a tener un futuro de integración y de crecimiento”.
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