Un trasplante renal en una clínica privada de Maracaibo puede costar hasta 60.000 dólares. Se calcula que de los 1200 pacientes renales del Zulia, el 40 % son jóvenes.
Maracaibo. Ser diagnosticado con insuficiencia renal parece que conlleva una sentencia de muerte. A través de los años y debido al tratamiento de hemodiálisis, los pacientes se ven obligados a dejar atrás sus estudios, trabajos y poco a poco se convierten en una carga familiar que merma la calidad de vida.
El 28 de agosto de 1967 se realizó el primer trasplante renal en el Hospital Universitario de Maracaibo. El último procedimiento fue en 2016, en medio de un apagón, cuando un abogado de 56 años no pudo recibir el órgano luego de tener más de tres años en lista de espera, según reseñaron los medios locales.
Luego, el 16 de agosto de 2019 se realizó el primer trasplante renal en el Hospital Coromoto de Maracaibo de donante vivo. Ese mismo año se publicó en Gaceta Oficial que las instalaciones del centro de salud perteneciente a Petróleos de Venezuela (Pdvsa), se convertiría en el Centro de Trasplante Renal y Hepático del Zulia.
Una esperanza
Flander Luzardo tiene 27 años, de los cuales tres ha estado recibiendo diálisis. El padre de familia califica como “un verdadero milagro” que se reactive el programa de trasplantes en el Hospital Universitario de Maracaibo.
“Sería muy feliz porque podría retomar mi vida, conseguir un trabajo para sustentar a mi familia y tener una verdadera esperanza de vida. Es doloroso ver a tantos jóvenes y niños en esta situación sin una salida clara. Nosotros lo único que queremos es seguir nuestras vidas con la calidad que merecemos”, dijo sentado frente al hospital.
José Luis Tello, defensor de los Derechos Humanos de los pacientes renales del estado Zulia, dijo que actualmente un trasplante renal cuesta alrededor de 60.000 dólares en centros privados de la región. “Una cifra que es inalcanzable para nosotros, con la situación actual del país”, recalcó el también paciente renal.
Lucha por la vida
Tello ha emprendido lo que él llama una nueva cruzada por la vida: exige que se reactive el programa de trasplante renal en el estado, pues de 1200 pacientes que hay en el Zulia, el 40 % son jóvenes menores de 40 años.
“La suspensión del programa en el Hospital Universitario desde 2016 ha traído consecuencias muy graves porque los pacientes siguen muriendo, se limitan los cupos de hemodiálisis porque muchas unidades han cerrado y como no hay trasplantes, estamos condenados a pasar el resto de la vida en tratamiento”, dijo.
Para el defensor, a los pacientes renales les son violentados sus derechos porque deben abandonar sus vidas para dedicarse a su tratamiento tres veces a la semana durante dos horas y media.
“Nosotros deberíamos recibir al menos cuatro horas de tratamiento, pero con la cantidad de gente enferma y los pocos cupos, se limitan las horas de los que ya están en programa fijo”, aseguró.
Impagable
Ser paciente renal es costoso. La alimentación, que es lo principal, está en una merma constante, explicó Tello. “Tenemos compañeros que mientras están en diálisis entran en shock porque no desayunan y sus valores bajan. Solo por nombrar una cosa, el paciente renal debe consumir un huevo completo y dos claras al día; es decir, un cartón de huevos a la semana y eso es imposible de pagar”, añadió.
Según los pacientes, una diálisis le cuesta al estado alrededor de 150 dólares al día. Un paciente promedio se somete a 156 diálisis al año, lo que se traduce en 23.000 dólares. En el Zulia hay 1200 personas en programa y 50 más en tratamiento de diálisis peritoneales.
“Una fístula, que es el acceso arteriovenoso, cuesta más de 500 dólares, por eso la mayoría de los pacientes tienen catéter, que es un cuerpo extraño, entonces la gente se termina muriendo por infecciones”, explicó el paciente renal, quien pidió al gobierno nacional una jornada especial para colocación de fístulas y atención cardiovascular.
Un catéter, dependiendo de su calidad, va desde los 40 dólares si es temporal, hasta los 400 dólares si es permanente. También debe usar suplementos porque el tratamiento resta nutrientes al cuerpo como calcio, vitamina B12, ácido fólico, hierro, entre otros. Además hay centros de hemodiálisis donde los pacientes deben reunir entre todos para comprar la carga completa de agua de camiones cisternas.
Pocas unidades de diálisis
En Maracaibo han cerrado las unidades de diálisis del hospital Dr. Pedro Iturbe, Nefrozulia, San Juan Bautista, Policlínica San Francisco y la de la Clínica Paraíso. Para Tello esto significa grandes complicaciones.
“Esto ha aumentado la cantidad de muertes, porque cuando un paciente no recibe su tratamiento completo o una diálisis cada 15 días porque no hay cupo, se complica con las toxinas, infecciones y muere. Según el registro que tenemos en el Hospital Dr. Manuel Noriega Trigo, mueren de tres a cuatro pacientes renales al mes y se repite en las demás unidades”, dijo.
El defensor además refirió que tampoco se están haciendo exámenes de chequeo temprano y, por eso, las personas entran a tratamiento en estados muy avanzados de la enfermedad. De 21 unidades de diálisis que había en Maracaibo, solo siete están trabajando actualmente, según Tello.
Finalmente, el llamado que hacen los pacientes renales del estado Zulia es a la reactivación inmediata del programa de trasplante de riñón para alargar la esperanza de vida de quienes padecen esta enfermedad.
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