El 24 de junio de 1960, Rómulo Betancourt, fue víctima de un atentado terrorista, cuando se dirigía a la celebración del Día del Ejército. Fuertes explosiones sacudieron la Caravana de carros que se desplazaba por el Paseo de los Próceres.
De inmediato, todas las miradas en el gobierno, apuntaron hacia República Dominicana, país dominado por la violenta dictadura de Leónidas Trujillo, con quien, desde los tiempos de la revolución de octubre adeca, Betancourt venía teniendo encontronazos, por haberle dado Trujillo, cobijo en su país, a personajes ligados a los dictadores de Venezuela.
Los partidos políticos realizan, previa aprobación del gobierno, manifestaciones en apoyo a las instituciones democráticas, y ocho horas después del atentado, con las manos vendadas, Rómulo, le dice al país: “Me vine a Miraflores porque el puesto del timonel es en el timón”.
Nunca se supo si Chapita, que era el remoquete que le tenían a Trujillo, había sido o no el autor del bombazo y, el frustrado magnicidio; pero lo que si se supo; fue que el dictador dominicano, el 30 de mayo de 1961 a las 10:20 de la noche, le ametrallan su vehículo en marcha hasta darle muerte.
Rómulo después de los sucesos del 02 de junio de 1962 conocidos como el Porteñazo, salió en gira por el país a explicarle a los venezolanos, que los comunistas no tendrían éxito en sus intentos subversivos y antidemocráticos.
En la clausura del II Congreso Campesino, en Caracas, en el mismo mes de junio, Betancourt le dice a los hombres y mujeres bregadores del campo: “Regresen a sus localidades a decirle al campesinado que debe trabajar con brío porque no podemos seguir importando maíz y papas.
Bethancourt se faja con los empresarios, y en otro evento les recuerda: “Una minoría escuálida de oficiales desadaptados y ambiciosos, en connivencia con la conspiración del PCV y el MIR pretenden trasplantar a Venezuela los módulos del gobierno cubano. Los derrotaremos”.
A los trabajadores les dice: “Las guerrillas han sido organizadas por el Partido Comunista; y por supuesto, que de ilusión también se vive, porque guerrillas sin campesinos, es como mazamorra sin masa”.
...ocho horas después del atentado, con las manos vendadas, Rómulo, le dice al país: “Me vine a Miraflores porque el puesto del timonel es en el timón”.
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