Ahora que han resultado falsas sus ridículas predicciones de que el presidente Joe Biden sería un “socialista” que la Bolsa de Valores se derrumbaría y que la economía de los Estados Unidos colapsaría, el ex presidente populista Donald Trump y sus seguidores están volviendo a su libreto original: el racismo.
Increíblemente, ahora están culpando a los inmigrantes, específicamente a los mexicanos, por el aumento de los casos de COVID-19 en el país. Es otra gran mentira, al igual que la gran mentira de Trump de que ganó las elecciones, o que tomar detergente cura el COVID-19.
En días recientes, el mundo trumpista ha estado difundiendo la mentira de que el aumento de COVID-19 en Estados Unidos está siendo causado por las políticas fronterizas supuestamente laxas de Biden. De hecho, está siendo causado por la vergonzosa oposición de los republicanos al uso obligatorio de mascaras faciales, y por la desinformación de Fox News, Newsmax, AON y otros canales de derecha sobre la efectividad de las vacunas.
El gobernador de Florida, Ron DeSantis, y el gobernador de Texas, Greg Abbott, están entre quienes más abiertamente están culpando a los mexicanos.
DeSantis incluso tuvo el descaro de afirmar el 4 de agosto que Biden está “facilitando” la propagación del virus por la supuesta afluencia de migrantes mexicanos.
El propio DeSantis es uno de los principales causantes del actual aumento de contagios de COVID-19, entre otras cosas, DeSantis firmó una orden ejecutiva que amenaza a los distritos escolares que exigen máscaras faciales con recortes de fondos, y ha demandado a las compañías de cruceros que exigen que sus pasajeros estén vacunados.
Pero el argumento de que los migrantes son una de las principales causas de la propagación del COVID-19 está basado en mentiras.
En primer lugar, no es cierto que Biden esté permitiendo la entrada al país de más migrantes con COVID-19. De hecho, más migrantes han sido expulsados a México bajo las leyes de prevención del COVID-19 en lo que va de año que durante todo el último año de la administración Trump.
Más de 500,000 migrantes fueron expulsados de febrero a junio bajo el Título 42, una ley de salud pública que Trump impuso en marzo de 2020 para expulsar a migrantes con el pretexto de de combatir el coronavirus, según Factcheck.org.
En comparación, hubo 449.000 expulsiones de este tipo desde marzo de 2020 hasta enero de 2021.
En segundo lugar, no es cierto que los inmigrantes indocumentados sean una de las principales fuentes de contagios en Estados Unidos. De hecho, los mayores picos de contagios de COVID-19 se están produciendo en condados con poblaciones mayoritariamente blancas no vacunadas.
Aaron Reichlin-Melnick, un experto en políticas del Consejo Estadounidense de Inmigración, un grupo de expertos de Washington, D.C., me dijo que “si los migrantes estuvieran propagando el coronavirus, entonces veríamos brotes más intensos en la frontera, y ese no es el caso. “
En cuanto a la afirmación de los republicanos de que los migrantes son liberados en la frontera y luego van a otras partes del país, eso también es falso, porque los migrantes tienden a ir a lugares donde viven sus familiares y amigos. Y esos lugares no figuran entre los que están registrando los mayores repuntes de COVID-19.
Tercero, prácticamente todos los indocumentados que salen de los refugios para migrantes en la frontera son testeados antes de salir, y solo pueden irse si dan negativos, me dijo Reichlin-Melnick. Son, de hecho, la población más testeada del país, agregó.
Entonces, los verdaderos culpables de la propagación del COVID-19 no son los inmigrantes mexicanos, sino los gobernadores republicanos de Florida y Texas - los dos epicentros de contagios - y las cadenas de televisión trumpistas que siguen burlándose de la ciencia.
Según un nuevo informe de MediaMatters, un grupo de monitoreo de medios, en los últimos meses “Fox News fue responsable de propagar 325 segmentos que socavaron activamente” al consenso de la comunidad científica sobre el coronavirus.
En resumen, Trump y sus acólitos están tratando de desviar la atención pública de su propio fiasco político por oponerse al uso de máscaras faciales, y no impulsar activamente campañas de vacunación. Por eso están recurriendo al racismo, que suele ser el último recurso de los sinvergüenzas para tratar de encubrir sus errores.
En resumen, Trump y sus acólitos están tratando de desviar la atención pública de su propio fiasco político por oponerse al uso de máscaras faciales, y no impulsar activamente campañas de vacunación. Por eso están recurriendo al racismo, que suele ser el último recurso de los sinvergüenzas para tratar de encubrir sus errores.
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