La Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) emitió un comunicado en el que expresan su pesar por el fallecimiento en un naufragio de migrantes venezolanos cerca de las costas de Güiria tras ser devueltos desde la isla de Trinidad y Tobago.
“Tanto la República Bolivariana de Venezuela como la República de Trinidad y Tobago están obligadas a respetar íntegramente y sin discriminación de ningún tipo todos los derechos humanos de las personas migrantes, específicamente todos los deberes de prevención, investigación, sanción a los responsables, reparación integral de la violación de derechos humanos y no discriminación”, afirmó el clero en el texto..La Red CLAMOR Venezuela, la Comisión de Justicia y Paz, instancias de la Comisión Episcopal de Pastoral Social de la CEV, La Caritas de la Diócesis de Carúpano y la Vicaría Episcopal de Derechos Humanos de la Arquidiócesis de Caracas, consideran estos hechos como “graves violaciones a los derechos humanos de la población migrante venezolana que busca llegar a territorio de la isla de Trinidad desde el estado Sucre”.
“La conducta de las autoridades de la República de Trinidad y Tobago es inaceptable por incurrir en una transgresión del deber de no devolución, en virtud del cual, en palabras de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos “una persona no puede ser rechazada en la frontera o expulsada de otro país sin un análisis adecuado e individualizado de su petición”, señala el texto
Las autoridades eclesiásticas insisten en que “este tipo de hechos no debe quedar en el olvido ni en una cifra más en estadísticas e informes; el incumplimiento de los deberes y obligaciones de los estados de la República Bolivariana de Venezuela y de la República de Trinidad y Tobago debe cesar, y en su lugar procede la justicia, la verdad y la reparación para todas y cada una de las personas migrantes afectadas. Hacia ese norte irán siempre nuestros esfuerzos como Iglesia comprometida con la dignidad de las personas.
Las autoridades eclesiásticas insisten en que “este tipo de hechos no debe quedar en el olvido ni en una cifra más en estadísticas e informes; el incumplimiento de los deberes y obligaciones de los estados de la República Bolivariana de Venezuela y de la República de Trinidad y Tobago debe cesar, y en su lugar procede la justicia, la verdad y la reparación para todas y cada una de las personas migrantes afectadas. Hacia ese norte irán siempre nuestros esfuerzos como Iglesia comprometida con la dignidad de las personas.
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