Una región en silencio. Todos a la expectativa. Así permanecen los países de América Latina mientras se definen los resultados electorales en Estados Unidos: callados y con los ojos puestos en Washington.
Ninguno ha fijado posición. Ni los más alineados con Estados Unidos como Brasil y Colombia, ni los más distantes, como Argentina y México.
El silencio de la región puede deberse a las dudas que tengan los gobiernos sobre la transparencia de los resultados o la cautela de no lanzar la primera piedra cuando pocos pueden considerarse libres de pecado.
¿Sin moral?
El método de boletas múltiples sobrevive en Argentina y Uruguay. El resto usa distintas variantes de papeletas únicas, a excepción de Brasil y Venezuela, que tienen urna electrónica. Pero lo cierto es que, más allá del sistema de votación, hay demoras en toda las naciones.
En los recientes comicios de Bolivia esto fue evidente. El jefe de la delegación de la Misión de Observación Electoral de la Conferencia Permanente de Partidos Políticos de América Latina y el Caribe (Copppal), Fernando Lugo, aseguró en declaraciones recogidas por Telesur que el retraso en la difusión de los resultados en ese país creaba «una suspicacia en la ciudadanía y en los veedores internacionales».
La situación tiene un origen. «La desconfianza que existe en América Latina proviene de un aspecto real e histórico: en muchos países existió y aún existe una desafortunada tradición de trampas en las elecciones. Es el caso de México», dice a Infobae el politólogo mexicano José Reynoso, consejero del Instituto Electoral y de Participación Ciudadana de Jalisco.
No es el único ejemplo. La prueba más clara de la falta de confiabilidad de los sistema es Venezuela. En los comicios presidenciales de 2013 se proclamó vencedor a Nicolás Maduro con menos de dos puntos de ventaja sobre Henrique Capriles. La coalición opositora no reconoció inicialmente los resultados y denunció irregularidades. Entre las querellas destacaban que en 39 mesas Maduro obtuvo el 100% de los votos, y en otras 243, consiguió entre 95 y 99 por ciento. Esto generó sospechas en una elección tan pareja.
Brasil y México a la expectativa
Mientras pasan las horas sin un resultado definitivo en EE.UU., su vecino más cercano está sigiloso. México, primer socio comercial de EE.UU., y con quien comparte una agenda en temas migración y seguridad, permanece al margen de la evolución de los acontecimientos electorales.
“No podemos opinar nada hasta que se termine el conteo y la autoridad correspondiente dé al ganador; es una elección cerrada, no podemos nosotros dar ninguna opinión», ha sostenido el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Al presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, sus asesores le recomendaron evitar apresurarse a felicitar al republicano en caso de que se declarara vencedor antes de que el resultado final sea oficial, señala el diario El País. Y lo ha hecho. Bolsonaro evidenció durante de la campaña su deseo de que gane Trump y ha expresado su incomodidad con Biden.
El mandatario conoce el futuro que se le avecina si su anhelo no se consolida. La victoria del candidato demócrata dejaría a Brasil aislado en Occidente, con Israel y Hungría como principales aliados, una situación inédita en su historia apunta el medio español.
La alianza forjada por Trump y Bolsonaro, según El País favoreció a las economías de ambas naciones. Ambos han tejido la relación más estrecha desde la época de la dictadura brasileña.
Argentina evita pisar en falso
Argentina suspira hondo. El presidente argentino, Alberto Fernández, no quiere pisar en falso. No quiere repetir el error de su predecesor Mauricio Macri, cuando en septiembre de 2016 expresó su preferencia por Hillary Clinton frente a Donald Trump.
El País recuerda que los desencuentros con la administración Trump han marcado el inicio de la gestión de Fernández.
La elección del nuevo jefe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) enfrentó a Fernández con el presidente de EEUU por su insistencia de proponer un candidato alternativo a Mauricio Claver-Carone, la ficha de Trump.
Lo cierto es que una eventual victoria de Biden no favorecería de forma directa a Fernández, pero rompería el hielo con Washington.
Aún así, no se prevén grandes cambios en el vínculo comercial, en especial respecto a los aranceles al biodiesel argentino impuestos por Trump en 2018.
Colombia no se arriesga
La condición de socio privilegiado de Trump es un beneficio que el gobierno de Iván Duque protege en medio de la incertidumbre electoral.
Colombia tiene buena sintonía con la Casa Blanca frente a la crisis de Venezuela, pese a las fricciones por los narcocultivos en el país.
Hasta ahora, ningún alto funcionario se ha pronunciado desde el día de la votación pero en la recta final de la campaña, Bogotá emitió señales de tomar partido por Trump, a riesgo de quedar a contrapié en caso de una victoria de Biden, analiza El País.
Ecuador con distancia
Las autoridades ecuatorianas mantienen distancia sobre la pugna presidencial pero con discreción le sonríen al candidato a la reelección, dadas las negociaciones en marcha para el acuerdo comercial con el Gobierno de Lenín Moreno.
Tras la salida de Rafael Correa de la Presidencia, el país restableció relaciones con Estados Unidos en materia comercial y de seguridad.
Ahora, el sector empresarial está pendiente de cómo avanzarán las bases del acuerdo dependiendo del resultado electoral.
Si Trump revalida su liderazgo, habrá más agilidad en las negociaciones. Con Biden cambiaría el equipo interlocutor y eso, según los gremios, podría significar un retraso.
De hecho, Moreno revirtió 10 años de tensión entre Ecuador y Estados Unidos al recibir la visita del vicepresidente Mike Pence. Posteriormente fue recibido por Donald Trump en la Casa Blanca.
Perú inmerso en dudas
Perú se ubica frente a las elecciones en la potencia norteamericana desde una encrucijada económica y sanitaria debido a la pandemia del COVID-19, apunta El País.
Las relaciones entre ambos países están marcadas por la crisis en Venezuela. Perú es uno de los principales receptores de fondos de la cooperación estadounidense (AID) destinados a los inmigrantes venezolanos llegados masivamente desde 2017.
Más de un millón de migrantes venezolanos viven en el país sudamericano. Perú ha sido, además, durante el Gobierno de Trump, un promotor del aislamiento político y económico al régimen de Maduro, desde la creación del Grupo de Lima, en agosto de 2017.
Desde los años 80, la agenda bilateral entre Perú y EE.UU. tiene como prioridad la lucha antinarcóticos, y desde la década pasada se sumó el Tratado de Libre Comercio. EE.UU. es el segundo socio comercial del Gobierno peruano después de China.
Perú no se ha indispuesto ni con Estados Unidos ni con China pese a un llamado de atención de Washington por la presencia de embarcaciones ilegales chinas frente al mar de Perú, a fines de septiembre. “Perú es amigo y socio de EE UU y China”, fue la respuesta de la Cancillería.
La grave crisis económica y sanitaria causada por la pandemia del COVID-19 colocó a Perú tempranamente en una situación de urgente necesidad de cooperación internacional. A inicios de mayo, en una llamada telefónica, Trump ofreció ayuda al presidente Martín Vizcarra para afrontar la emergencia.
Chile, sin comentarios
El presidente de Chile, Sebastián Piñera, está atento y en suspenso ante las elecciones estadounidenses. Él y su canciller, Andrés Allamand, mantienen la neutralidad ante el proceso.
Chile evaluará paso a paso lo que ocurra en Estados Unidos y esperará el resultado formal antes de emitir alguna declaración, por lo que se descartan reacciones y comentarios.
Lo que ocurra en Estados Unidos afecta a Chile, porque el país norteamericano es su segundo socio comercial, el segundo destino para las exportaciones nacionales y el segundo proveedor en cuanto a importaciones.
El Tratado de Libre Comercio (TLC) de 2004 es clave. Alrededor de 80 % de las inversiones chilenas directas en el país del norte se ha materializado en el período posterior a su entrada en vigor.
Maduro en llamas
Nicolás Maduro es la excepción. NTN24 publica que el dictador le restó interés al proceso electoral en Estados Unidos, donde presidente Donald Trump denuncia irregularidades.
“Es sorprendente el proceso electoral en EE.UU. Repudiamos cuando pretenden dar lecciones de democracia a los pueblos del mundo. Y dicen en tal país no reconocemos las elecciones, no nos gustan sus elecciones o tal cosa”.
En su alocución denominada «miércoles productivo», criticó que luego de la jornada electoral de este martes, aún no se anuncien los resultados de los comicios.
“(Con el sistema electoral venezolano) en la misma noche, no pasaron horas ni días, no hubo especulaciones. Lo mismo en las elecciones presidenciales y así será el 6D».
Lo que Maduro no dijo es que sus comicios no cumplen con los estándares internacionales, no cuentan con observadores imparciales, encarcela a opositores, inhabilita partidos políticos y los convoca órganos designados de manera irregular, saltándose los procedimientos establecidos en la Constitución.
Lo que se espera
En un análisis de la BBC se destaca que sin Donald Trump en el poder, la política de Estados Unidos hacia América Latina podría volver a dar un giro brusco.
En la relación de su gobierno con América Latina, Trump destacó como grandes logros sus acuerdos con México y países centroamericanos para contener el ingreso de inmigrantes ilegales.
«Forjamos alianzas históricas con México, Guatemala, Honduras y El Salvador para detener el tráfico de personas», dijo Trump ante la Asamblea General de las Naciones Unidas en septiembre.
Biden se opone a seguir con la construcción del muro y ha prometido reorientar el papel de EE.UU. «como lugar seguro para refugiados y solicitantes de asilo».
Pero «eso sería un desastre, tanto político como humanitario», señala Cynthia Arnson, directora del programa América Latina del Centro Wilson, un foro para temas globales en Washington citada por BBC.
En un análisis de la BBC se destaca que sin Donald Trump en el poder, la política de Estados Unidos hacia América Latina podría volver a dar un giro brusco. En la relación de su gobierno con América Latina, Trump destacó como grandes logros sus acuerdos con México y países centroamericanos para contener el ingreso de inmigrantes ilegales.
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