El TSJ en dos semanas validó la junta directiva de la Asamblea Nacional que encabeza Luis Parra y declaró omisión legislativa para arrogarse la elección de los rectores del Consejo Nacional Electoral (CNE).
“Estas acciones son terribles más no inesperadas. El chavismo está mostrando su artillería, pero no creo que sea una estocada final. Todavía hay posibilidades para la negociación”, responde la presidenta del Observatorio Global de Comunicación y Democracia, Griselda Colina.
La necesidad del régimen de Nicolás Maduro de realizar unas elecciones creíbles que mejoren su imagen ante la comunidad internacional y la presión de distintos sectores para que se nombre un CNE confiable favorecen una negociación, en opinión de la comunicadora social especializada en análisis electoral y político.
“Lo que no puede pasar es que uno de los actores se retire de la cancha porque se está mostrando esto y abandone el campo electoral. No es la primera vez que el TSJ declara omisión legislativa. En estos últimos 20 años solo en dos ocasiones la Asamblea Nacional nombró el CNE y una de esas fue en 2006 cuando el Parlamento era completamente oficialista”, recuerda.
Sentencia inejecutable
Para la abogada, exconsultora del CNE, Egleé González Lobato, la sentencia N° 68, que declara omisión legislativa, “distancia al ciudadano del único mecanismo democrático y la única vía pacífica que tiene” y le otorga la facultad al cuestionado Poder Electoral, encabezado por Tibisay Lucena, para legislar.
“El TSJ ordena al CNE, en una dudosa habilitación porque no tiene competencia constitucional para darle potestades legislativas, reformular, reajustar y modificar los artículos de la Ley Orgánica de Procesos Electorales referentes a la representación proporcional”, cuestiona.
A su juicio, la sentencia es inejecutable porque exhibe una contradicción al declarar la omisión legislativa de un ente que supuestamente estaba en desacato.
La directora de la cátedra libre Democracia y Elecciones y del proyecto Entendimiento de la Universidad Central de Venezuela rechaza que se haya dinamitado el único espacio de encuentro entre las fuerzas políticas opuestas que era el comité de postulaciones electorales.
El sociólogo integrante del Observatorio Electoral Venezolano (OEV), Ignacio Ávalos, coincide en que la salida electoral no está sepultada. “Sin acuerdo político, la idea de elecciones confiables sale muy debilitada, pero yo no descarto que, aún con esta sentencia, pueda haber un acuerdo entre los actores políticos”, sostiene.
Ávalos considera que se puede revertir el efecto negativo de la sentencia, que fue calificada por el OEV como “un grave error”, mediante acuerdos políticos que garanticen un árbitro equilibrado.
“Si los rectores que son designados son personas que merecen confianza, si vez que el réferi pita todas las faltas creo que cambiaría el escenario”, expresa.
Y reitera su preocupación por los lapsos para organizar unos comicios este año en un escenario tan adverso en el que más del 80% del material electoral se quemó, la pandemia de COVID-19 representa un gran riesgo para los electores y la crisis de gasolina afecta el país.
“Se requieren de ocho o 10 meses para hacer unas elecciones competitivas, eso daría febrero del próximo año. Para cada evento electoral hay al menos 100 actividades que se deben cumplir entre la depuración del registro electoral, la elección de los testigos de mesa, etc”, advierte.
El sociólogo ve posible que los bandos políticos logren mínimos pactos porque “Maduro necesita relegitimarse, por lo que puede ser que esta nueva directiva del CNE trate de ser equilibrada cuidando la mirada que pueda haber desde el exterior”.
Sociedad civil en resistencia
Los analistas consideran que la sociedad civil debe insistir en su reclamo por un CNE institucional.
La abogada Egleé González destaca la importancia de que la sociedad se amalgame aún más sin excluir al liderazgo político.
“Siempre hay tiempo para los acuerdos y siempre hay que cerrarle la vía a la confrontación, a la guerra y a los caminos verdes. Hay premura, el país exige que todos asuman un compromiso y que se logre una ruta para elecciones que generen un cambio al país. Seguir insistiendo en acciones unilaterales y excluyentes de una parte de la oposición con el gobierno es trágico y desolador”, opina.
La comunicadora Griselda Colina reitera que ahora es cuando las distintas organizaciones y sectores deben pensar en cuáles pueden ser las soluciones, qué escenarios se pueden plantear para seguir adelante y también cuáles exigencias, además del árbitro electoral, se deben defender como la compra de equipo electoral confiable y su auditoria así como la participación de los venezolanos que están en el exterior.
“Nos toca hacer los reclamos. La lucha no es para que unos llegan al poder o se mantengan, la lucha es para que podamos expresarnos a través de la elección porque los venezolanos necesitamos esa válvula de escape”, sostiene.
“Nos toca hacer los reclamos. La lucha no es para que unos llegan al poder o se mantengan, la lucha es para que podamos expresarnos a través de la elección porque los venezolanos necesitamos esa válvula de escape”,
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