Burlando una prohibición de salida del país, Guaidó emprendió el 19 de enero un periplo por Colombia, Europa, Canadá y Estados Unidos, donde se reunió con líderes como el británico Boris Johnson y el francés Emmanuel Macron y fue recibido por el presidente estadounidense, Donald Trump, quien prometió aplastar la «tiranía» de Maduro.
Su desafío ahora es que ese respaldo no se reduzca a un álbum de fotos, sino que reavive su ofensiva por el poder.
¿Qué escenarios abre el retorno del dirigente, reconocido como mandatario encargado por medio centenar de países?
– Encender la calle –
Guaidó, cuya jefatura del Parlamento no es reconocida por el gobierno de Maduro, alista una «gran movilización» contra el presidente, a quien acusa de haberse reelegido en forma fraudulenta en 2018. No ha fijado fecha.
Pero encara la apatía de opositores que experimentan un «derrumbe de expectativas», señaló Benigno Alarcón, director del Centro de Estudios Políticos de la Universidad Católica Andrés Bello.
Su gira es una «obra de arte efímera» mientras no «concrete su oferta de cambio», considera a su vez Luis Vicente León, presidente de la encuestadora Datanálisis.
El dirigente de 36 años no ha logrado el prometido «cese de la usurpación», primer paso de su estrategia hacia un gobierno de transición que llame a elecciones.
Sus convocatorias se redujeron de decenas de miles a principios de 2019 a pocos cientos de asistentes en los últimos meses y su popularidad, según Datanálisis, cayó de 63% a 38,9%.
«No va a pasar nada (…), se lo comerá vivo su propia gente», previó el número dos del chavismo, Diosdado Cabello.
Venezuela ha atravesado varias oleadas de protestas contra Maduro desde 2014, con unos 200 muertos.
– Más sanciones –
Tras el encuentro Trump-Guaidó, Washington sancionó a la aerolínea estatal Conviasa.
Amplió así una batería de castigos que incluye un embargo petrolero desde abril de 2019 y un bloqueo financiero que impide renegociar una deuda de unos 140.000 millones de dólares.
En Bruselas, Guaidó urgió a la Unión Europea a impedir las exportaciones del «oro de sangre», como califica las operaciones auríferas del gobierno chavista, ya sancionadas por Estados Unidos.
Se prevé «un esquema de sanciones con mayor coordinación internacional», según Alarcón.
– Campaña electoral –
El recibimiento de Guaidó en la Casa Blanca y su ovación durante el discurso anual de Trump ante el Congreso atizaron el reclamo de opositores radicales sobre una intervención militar en el país petrolero, evocada por Washington en varias oportunidades.
Pero «Trump tiene pocas opciones» ante el desinterés de la ciudadanía estadounidense por acciones «belicosas» contra Maduro, opina Paul Angelo, experto del Council on Foreign Relations, basado en Nueva York.
Alexander Main, del Centro de Investigación de Economía y Política, dijo en Washington que la acción frente a Venezuela «está estrechamente relacionada con una estrategia electoral» en pro de conquistar el voto latino en Florida en las presidenciales de noviembre.
Florida alberga una importante colonia de venezolanos, de los 4,6 millones que, según la ONU, han emigrado desde finales de 2015 por la crisis.
– Diálogo, ¿factible? –
Maduro se declara dispuesto a retomar el diálogo con la oposición encabezada por Guaidó, tras fallidas negociaciones en 2019 mediadas por Noruega. En el Foro Económico de Davos, el opositor tachó la propuesta de «burla».
Para el analista Félix Seijas, «el asunto es si el gobierno siente o no incentivos» para pactar un acuerdo.
Respaldado por la Fuerza Armada, Rusia, China y Cuba, el gobierno sigue en una «posición de supremacía» ante sus adversarios, por lo que un acuerdo se ve lejano, apuntó Alarcón, sin descartar negociaciones con «actores internacionales» que promuevan al mismo tiempo elecciones presidenciales y parlamentarias.
– Inminentes parlamentarias –
Este año están previstas votaciones legislativas, sin fecha, en las que el chavismo buscará recuperar la Cámara, único poder en manos opositoras pero cuyas decisiones son consideradas nulas por la justicia, de línea oficialista, que la declaró en desacato.
Guaidó, en tanto, exige comicios generales con nuevo árbitro electoral, pero Maduro mantiene que solo habrá parlamentarias.
Participar es el «gran debate opositor», asegura León. Quienes adversan a Maduro también enfrentan el riesgo de mayores divisiones en un contexto en que el gobierno ha logrado desgastar a Guaidó, sin que haya hecho falta arrestarlo.
El pasado 5 de enero Luis Parra, exaliado de Guaidó, se proclamó presidente del Parlamento con apoyo del chavismo, en medio de denuncias de corrupción en el entorno del líder opositor y de pago de sobornos del gobierno a los disidentes.
Para el analista Félix Seijas, «el asunto es si el gobierno siente o no incentivos» para pactar un acuerdo. Respaldado por la Fuerza Armada, Rusia, China y Cuba, el gobierno sigue en una «posición de supremacía» ante sus adversarios, por lo que un acuerdo se ve lejano, apuntó Alarcón, sin descartar negociaciones con «actores internacionales» que promuevan al mismo tiempo elecciones presidenciales y parlamentarias.
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