No les importa que su permanencia en el poder, signifique inmolar al pueblo (que han aprendido a manipular con la maligna destreza de sus tutores cubanos), en su beneficio propio y el de los regímenes a los que ha ofrendado la soberanía del país.
La dirigencia del régimen idolatra los dólares, aunque rechacen hipócritamente al que los emite y pretenden ver solo su propia imagen ficcional, de beatífica víctima acosada por el imperio y sus mastines, como si nunca hubiese quebrado un plato, mientras su nefasta realidad continúa arrasando la patria.
Tal realidad ha llegado a ser insoportable para tirios y troyanos, la brecha entre la cúpula chavista y la militancia es cada vez mayor y más difícil detener la implosión, pues el botín ya no alcanza para todos; en el plano internacional, la virulencia y verborrea del chavismo se desata y los delata.
Ha llegado la hora en que va interesando cada vez más, a quienes en realidad manejan al régimen local, negociar su destino, pues al matar la gallina de los huevos de oro, produce más inconveniencias que ganancias.
Con la cúpula chavista, sería en vano tratar de negociar cualquier cosa que vaya más allá de modular la opresión; pues la supervivencia del régimen depende de sus patrones en el exterior, con quienes se ha colocado de peón en el ajedrez político mundial.
Pero nuestra crisis corre el riesgo de desdibujarse, con el maquillaje logrado por la experimentada diplomacia cosmetológica castrista y la proliferación de conflictos, a pesar de que a muchos no es ajeno el chavismo, ni sus compinches internacionales.
Por lo tanto, hay que redoblar nuestros esfuerzos para hacer cada vez más visible nuestro rechazo a la usurpación y manejar con tino nuestros canales políticos y diplomáticos, los cuales deben actuar acompasadamente.
Si la suerte del régimen depende del exterior y sus hilos los mueven desde afuera, no se puede seguir gastando nuestra pólvora en zamuros.
https://www.analitica.com/
Pero nuestra crisis corre el riesgo de desdibujarse, con el maquillaje logrado por la experimentada diplomacia cosmetológica castrista y la proliferación de conflictos, a pesar de que a muchos no es ajeno el chavismo, ni sus compinches internacionales. Por lo tanto, hay que redoblar nuestros esfuerzos para hacer cada vez más visible nuestro rechazo a la usurpación y manejar con tino nuestros canales políticos y diplomáticos, los cuales deben actuar acompasadamente. Si la suerte del régimen depende del exterior y sus hilos los mueven desde afuera, no se puede seguir gastando nuestra pólvora en zamuros.
ResponderBorrar