Republica del Zulia

Julio Portillo: Necesitamos entonces promover el regionalismo como protesta al excesivo centralismo en todos los órdenes. Tenemos que despertar la conciencia política de la provincia.

lunes, 14 de octubre de 2019

La nueva Guerra Fría latinoamericana, Por Héctor Schamis

Lo que ocurre en Ecuador responde a una izquierda obediente al Partido Comunista cubano. (Foto: Min. de Energía, Ecuador)
La Guerra Fría estaba terminada. Tal como establecen los instrumentos del sistema interamericano, América se había convertido en un continente de democracia y derechos humanos. Con la excepción de Cuba, claro está, cuyo sistema político continuaba basado en un régimen cuasi dinástico y de partido único.

Eran los noventa, años del «Período especial». El fin de los subsidios soviéticos llevó a una década de penurias económicas en la isla. Dio lugar a cambios constitucionales —propiedad privada— y de política económica—sistema bimonetario— destinados a incrementar la competitividad de la agricultura.

Coincidiendo con las transiciones latinoamericana y europea hacia el capitalismo democrático, muchos pensaron que la tercera ola llegaría pronto a La Habana. Cuando grupos disidentes cubanos comenzaron a participar en la Internacional Socialista hacia fines de la década, ese mensaje también se escuchó de parte de figuras de izquierda como Felipe González y Ricardo Lagos, entre otros. El propio Insulza, exministro de Lagos, se manifestó en favor de la democratización de Cuba en su campaña para la OEA.

Los Castro tenían otros planes, sin embargo. Cada vez que insinuaron una apertura económica, fue un mero instrumento para recuperar oxígeno; la apertura política ni siquiera fue simulada. Que algo cambie para que nada cambie, aguantar la crisis descomprimiendo hasta encontrar recursos financieros frescos, salir del aislamiento internacional y recuperar el control político interno.

Esto se logró gracias a un hecho fortuito: el fallido golpe de abril de 2002 en Caracas. Ello acercó a Chávez a Castro, quien no desaprovecharía la oportunidad de entablar una relación de «sumisión», como la llamó Orlando Avendaño.

Venezuela comenzó a comprar relato, política exterior e inteligencia con petróleo. Comprar es una manera de decir, la relación se hizo a todas luces parasitaria. Lo es aún hoy cuando Venezuela en crisis, y produciendo a niveles comparables a la década de 1950, no obstante sigue suministrando a Cuba los barriles diarios de rigor.

Así, en diciembre de 2004 se fundó ALBA por medio de una declaración conjunta de Castro y Chávez (nótese que se firmó en La Habana). La Alianza Bolivariana fue concebida como un acuerdo alternativo al libre comercio promovido por Bush. Fue un gesto meramente simbólico pero significativo. «La tumba del ALCA», había pronosticado Chávez en Mar del Plata.

ALBA tuvo su complemento en Petrocaribe, fundado en junio de 2005, un ambicioso mecanismo de subsidios petroleros. El poder del Estado venezolano en la región se hizo de este modo muy tangible. La petrodiplomacia le permitió a Venezuela ampliar su influencia en la región con el apoyo disciplinado de los beneficiarios de Petrocaribe, Cuba y catorce países más.

La estrategia se expandió. En 2008 se firmó en Brasilia el tratado de Unasur, completado en 2011 al incluir a los 12 países sudamericanos. En 2010 fue creada la CELAC, comenzando a funcionar luego de la cumbre de diciembre de 2011 en Caracas. Se creó con la idea de oponerse a la influencia de Estados Unidos en América Latina y como rival y sustituta de la OEA, con frecuencia retratada como cautiva de Washington.

El Foro de São Paulo, a su vez, fundado por el PT en 1990, se convirtió gradualmente en usina de elaboración y difusión intelectual de Cuba. Veinte años después de creado, la mayoría de los miembros de dicho foro estaban en el poder por medio del voto, Chávez había sido el primero en 1998. Esa fue la sopa de letras de las relaciones internacionales de Cuba y Venezuela.

1 comentario:

  1. Venezuela comenzó a comprar relato, política exterior e inteligencia con petróleo. Comprar es una manera de decir, la relación se hizo a todas luces parasitaria. Lo es aún hoy cuando Venezuela en crisis, y produciendo a niveles comparables a la década de 1950, no obstante sigue suministrando a Cuba los barriles diarios de rigor.

    ResponderBorrar