El analista político Simón García considera que en este momento todo el país está entrampado entre un régimen, que se niega a morir y una alternativa, que se niega a nacer.
“Entonces, esto crea una terrible incertidumbre; una angustia colectiva, que está, además, reforzada por el hecho de que atravesamos por el ciclo de destrucción del país más fuerte, que hemos tenido los venezolanos en nuestra historia, incluidos los períodos de guerra social”, indica el ex ministro para las Relaciones con el Congreso Nacional, durante el último gobierno de Rafael Caldera
¿Cómo ve usted la situación política nacional?
-Bueno, está peor que nunca. Porque la situación política hay que medirla, no sólo en términos de la intensidad de los conflictos de poder, sino también como repercuten en la situación de la gente, y en este momento todo el país está entrampado entre un régimen, que se niega a morir y una alternativa, que se niega a nacer.
-Entonces, esto crea una terrible incertidumbre; una angustia colectiva; que está, además, reforzada por el hecho de que atravesamos por el ciclo de destrucción del país más fuerte, que hemos tenido los venezolanos en nuestra historia, incluidos los períodos de guerra social.
-En segundo lugar, porque ante la urgencia de que los factores rivales negocien, no parece haber una voluntad, para hacerlo. Cualquiera de los indicadores también muestran, que el vacío de resultados por parte de la oposición en su conjunto y la pérdida de alguno de los recursos, para sustituir al régimen, han hecho que los factores determinantes de la crisis política hoy estén ubicados en el exterior, y hemos perdido capacidad, soberanía de decisión, para poner en marcha unas vías de solución pacíficas, democráticas, electorales y negociadas a base de un esquema nuevo de poder, en el cual participen también las fuerzas, que hoy están en el PSUV.
OPOSICIÓN HETEROGÉNEA
¿Usted cree que la llamada Mesa de Diálogo, con la cual a última hora Nicolás Maduro negoció, dejando en ascuas el proceso de conversaciones, que se llevaban a cabo en Oslo y Barbados, representa la oposición completa?
-Bueno, no está representada, porque nosotros tenemos una oposición, que no solamente es plural, sino heterogénea, y nosotros tenemos en la gama de la oposición un sector conservador, inmovilista, una oposición moderada, una oposición radical y una oposición extremista. Ahora, ¿quiénes son los que están en la negociación de Oslo? La oposición que tiene representación parlamentaria; en tanto que la Asamblea Nacional (AN) es el único poder legítimo y en tanto que la AN es expresión de la voluntad de una mayoría de venezolanos.
-Esa no está en esa llamada Mesa de Diálogo, como tampoco las otras están y, por supuesto, debería buscarse una manera de ampliar los mecanismos de entendimiento y los mecanismos de participación de esas otras oposiciones; que no tienen representación en el parlamento.
-Porque el enderezamiento del país no pasa por una conformación hegemónica de las soluciones, sino por una conformación de entendimiento y de integración de todos los factores. Este país hay que reconstruirlo obligatoriamente entre todos, si queremos tener gobernabilidad, y si queremos impedir que en cinco años en las próximas elecciones presidenciales, que se vayan a realizar, el gobierno retorne a los que están actualmente gobernando, es decir, a los que deberían salir, como está ocurriendo en algunos países de la América Latina.
EL PLAN GUAIDÓ
¿Usted cree que fracasó el Plan-Guaidó: cese de la usurpación, gobierno de transición y elecciones libres?
-Bueno, al menos, la primera fase de ese plan, como tú, acertadamente, lo denominas, porque hay que hacer la observación: ruta no es estrategia. La ruta es sólo una parte, un aspecto de la estrategia, y la formulación de esa estrategia comenzaba o se correspondía con un plan de salida militar, con una rendición de Maduro, y un descarte de la negociación, y resulta que estos tres aspectos: por ejemplo, la negociación tuvo que ser asumida por Guaidó y por la AN y por el G-4.
-Luego, los intentos, por provocar una salida militar, fracasaron, como el 30 de abril, por ejemplo. De modo que es evidente que no hay resultados de salida, que hay que pasar a otro plano, y que hay que reformular una estrategia, a la cual le falta, no solamente las amenazas, que ya no son creíbles, que están en manos del exterior; sino también una oferta, un sistema de incentivos; al cual le falta una política de alianzas.
-¿Es posible atraer a las Fuerzas Armada a la estrategia de cambio?
-Está demostrado que, aunque los partidos son fundamentales, y el G-4 y la AN son decisivos, desde el punto de vista institucional y desde el punto de vista de la fuerza, como partidos solos no hay una salida estable y sostenible. Los partidos necesitan tener una política de alianzas, ir más allá del Frente Amplio. Necesitan definir cómo atraer, no cómo fracturar a las fuerzas armadas, como se ha intentado, digo yo, erróneamente, y al campo dominante, sino cómo neutralizar, cómo construir confianza, y cómo atraer sectores de ella, para asegurar un modelo de cambio, viable; sostenible por todos, y que pueda, pues, iniciar en el menor tiempo posible, una atención a los terribles problemas, que está sufriendo la población en servicios, en alimentos.
-¿Es posible detener urgentemente la destrucción?
-Tenemos una población, cuyos sectores vulnerables ya les llegó el agua al cuello, y una oposición, cuyos factores dirigentes consideran que, como están en el pent-house, a ellos no les va a llegar el agua al cuello. Ese proceso de destrucción hay que detenerlo. Ahora, ¿en cuánto tiempo lo haremos? Mientras más nos tardemos, los desastres, las destrucciones van a ser mayores, de una dimensión más difícil de superar.
LA RECONSTRUCCIÓN
-¿Cómo visualiza usted la reconstrucción del país?
-Hay que recordar que Europa, para llegar a los niveles anteriores a la Primera Guerra Mundial necesitó veinte años, con Plan Marshall, incluido. En el caso venezolano tenemos una industria petrolera destruida, tenemos talento en fuga, tenemos una diáspora interna, con todo lo que significa la deserción de los estudiantes a todo lo largo del sistema educativo. Tenemos hiperinflación, con un salario que está por debajo de Haití y de Cuba, que está por debajo de los niveles de pobreza extrema.
-¿Quiénes deben encabezar la salvación nacional?
– La salvación no es el monopolio de una fuerza. El país no existe. Está agonizando. Hay que salvarlo. La salvación está en manos de construir una causa nacional. Ahora, Guaidó puede ser el conductor de esa causa nacional, si cambia de estrategia y si es capaz de tener la suficiente flexibilidad, para tenderle la mano a los adversarios, y reconstruir una perspectiva de solución pacífica y electoral lo más urgente posible.
ESTRATEGIA EXREMISTA
Entre las críticas, que se le hacen a Juan Guaidó, una es que su propio partido, Voluntad Popular (VP), le ha saboteado su proyecto político, sobre todo, el afán de figuración de Leopoldo López, su máximo líder. ¿Qué piensa usted?
-Yo creo que VP es un partido muy vulnerable a la prédica extremista, es decir, a un cálculo de la política, según la cual se van a producir resultados por la vía rápida, resultados instantáneos, resultados, no sólo de desentendimiento con el factor contario, sino con base en el exterminio, en la renuncia forzada o destitución de Nicolás Maduro. Pero por este camino no van las soluciones.
-VP debería reflexionar, profundamente, y los aliados de VP deberían comenzar a levantar la voz, para indicar que es indispensable romper el muro, que está impidiendo los avances, que es esa estrategia extremista. Esa estrategia donde quieren ganar solos. Esa estrategia que no quieren compartir el triunfo.
-Por lo demás, Guaidó está en una situación difícil, porque yo considero que, en primer lugar, es un líder real. Tiene el apoyo de una parte muy importante de los venezolanos, que lo reconocen como tal, además cuenta con el apoyo de la comunidad internacional. Entonces, él debe ser el conductor de una causa nacional, y no de una causa partidista. De manera que debería romper esa atadura, y encabezar él la rectificación de la estrategia; que es hoy indispensable, para comenzar a tener el cambio, que todos los venezolanos necesitan angustiosamente por razones de sobrevivencia.
ELECCIONES PARLAMENTARIAS
El oficialismo regresó a la AN, con la intención de negociar una nueva composición del CNE, con vistas a participar en las elecciones parlamentarias. ¿Usted le recomendaría a la oposición, que participara en esas elecciones?
-Por definición convocar a elegir, a votar es un acto que tiene algún gramo de condición democrática. Por lo tanto, los demócratas promueven, respaldan y participan en cualquier elección. Incluso, y, sobre todo, si es un régimen autocrático, dictatorial o totalitario. Elecciones hay en Cuba. En Cuba se sabe cuáles son los resultados de la composición de la AN, pues antes de las votaciones, ya está definida.
-En el caso venezolano hay un margen amplio, y hay un país donde más del 80 ó 90 por ciento de su población, incluidos sectores del oficialismo, que desean un cambio, que desean otra conducción, otro tipo de relaciones entre el gobierno y la sociedad, entre el gobierno y el mercado, entre el gobierno y los vecinos y un gobierno, sobre todo, que tenga la capacidad de comenzar a resolver problemas. El actual los crea, pero ni siquiera los aminora. No tiene ninguna facultad de conducción del país.
¿El venezolano ha perdido confianza en el voto?
-En Venezuela se ha creado por obra, incluso de los partidos de cambio democrático, una aversión al voto, y una descalificación de los procesos electorales. Esto significa renunciar a un derecho, y esto significa no comprender que la democracia se construye ejerciéndola, y que uno de los mecanismos del ejercicio de la democracia es votar. Por eso yo creo que hay que participar en toda elección. Ahora, este es un principio general.
CRONOGRAMA ELCTORAL
¿Es posible adelantar la elección presidencial?
-Desde el punto de vista de la situación venezolana, hay que comprender que la solución, la superación de este poder dual, donde ninguno de los cuales puede gobernar, sino hemipléjicamente, o uno más real que el otro, y el otro más testimonial necesita una elección presidencial. Esa elección presidencial es inevitable. El gobierno podrá distanciarla un poco. Pero es inevitable y, en particular, si convoca a una elección de la AN, y el país entero se expresa con ánimo de cambio, con voluntad de colocar ahí una fuerza alternativa a este gobierno, no le quedará más remedio, no habrá ninguna manera de contener esa energía expresada en votos, que convocar a una elección.
-Por supuesto, en lugar de ir a ese proceso en vías de hechos forzados, es deseable que las fuerzas en el gobierno se inclinen por negociar un cronograma electoral, un cambio del CNE, un cambio en las condiciones, para tener, no solamente el derecho al voto, sino el derecho a un voto libre .
LUCAL LEAL, “PUYUTA”
Simón García se inició en la lucha política en San Juan de los Moros, a finales de los años cincuenta, como militante de la Juventud Comunista de Venezuela, de la mano de Juan Vicente Cabezas, Freddy Muñoz, el historiador Adolfo Rodríguez y el poeta Víctor Valera Mora, entre otros. En los días duros de la lucha armada y la clandestinidad se le conoció como Lucal Leal y también como “Puyuta”. Participó en el nacimiento del MAS y fue diputado de ese partido en varias oportunidades. Durante el segundo gobierno de Rafael Caldera fue ministro para las relaciones con el Congreso de la República. Fue miembro principal del Consejo Supremo Electoral en representación del MAS, partido al que renunció cuando se produjo el apoyo al difunto Hugo Chávez en 1998. Posteriormente se desempeñó como Secretario de Educación del estado Carabobo hasta 2004, durante la gestión del gobernador Henrique Fernando Salas Feo.
Desde el punto de vista de la situación venezolana, hay que comprender que la solución, la superación de este poder dual, donde ninguno de los cuales puede gobernar, sino hemipléjicamente, o uno más real que el otro, y el otro más testimonial necesita una elección presidencial. Esa elección presidencial es inevitable. El gobierno podrá distanciarla un poco. Pero es inevitable y, en particular, si convoca a una elección de la AN, y el país entero se expresa con ánimo de cambio, con voluntad de colocar ahí una fuerza alternativa a este gobierno, no le quedará más remedio, no habrá ninguna manera de contener esa energía expresada en votos, que convocar a una elección.
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