Llegar a Chile con título profesional u oficio y probada experiencia no garantiza empleo inmediato en el área de experticia. No. Y la necesidad de ingresar dinero para alimentación, arriendo, transporte, salud y esparcimiento (si cabe), obliga a una reinvención a contrarreloj, y en ese camino hay al menos siete empleos cotizados por los inmigrantes venezolanos durante los primeros meses de presencia en el país.
Se trata de trabajos con una exigencia menor en materia de permiso laboral y Rol Único Tributario (RUT) por parte
de los empleadores, pero de alta demanda, según refiere la cuenta en instagram: @cronicasdechile, administrada por el experimentado periodista zuliano, Raúl Sempún, radicado en Chile.
En algunos casos, la remuneración puede ser buena y con opción de oferta y o contrato de trabajo, indispensable para la debida regularización. Excluye, por ejemplo, a manicuristas y peluqueros, quienes recibieron previamente un adiestramiento para el oficio y tienen más terreno para la oportunidad en su campo.
1.- Nanas o asesoras del hogar
Entre las venezolanas es una opción apetecible porque en muchos casos se ofrece alimentación e incluso alojo, lo que reduce en sumo los gastos básicos. El cuidado de niños y atención del hogar, cuando hay carga de horario superior a las 72 horas semanales, supera en pago los 330.000 pesos del salario mínimo.
2.- Conserje o guardia de seguridad
Tal vez presenta más restricciones por la exigencia de permisos y cursos especiales, sopena de multas millonarias. Sin embargo, es un boom. La puntualidad y disciplina criolla llena de venezolanos las recepciones de empresas y edificios residenciales en Chile. Hay pagos que oscilan los 400.000 pesos líquidos.
3.- Bodeguero u operario de almacén
Es un empleo que requiere buenas condiciones físicas y disposición. El traslado y clasificación de mercancía en piso remiten a jornadas duras y el pago contadas veces supera el salario mínimo. Es un literal quebradero de espaldas.
El Uber y los VIP tienen como protagonistas a conductores criollos. Las ganancias se condicionan con el gasto de gasolina, pago en los peajes TAG y extensas jornadas de trabajo. Permite, con rigor, buenos ingresos económicos. Las vías chilenas están llenas de choferes criollos pese a que Ubers y VIPs no son servicios de taxis legales y el remolque con multa es probable.
Tal vez presenta más restricciones por la exigencia de permisos y cursos especiales, sopena de multas millonarias. Sin embargo, es un boom. La puntualidad y disciplina criolla llena de venezolanos las recepciones de empresas y edificios residenciales en Chile. Hay pagos que oscilan los 400.000 pesos líquidos.
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