Desde esa fecha, el crecimiento mundial y las perspectivas comerciales se han deteriorado en medio de una escalada en las tensiones con China, que ha logrado extender sus afectaciones al sector de servicios, que representa la vasta mayoría de la economía estadounidense.
La posibilidad de una recesión en Estados Unidos en los próximos 12 meses aumentó al 38% en agosto, según un modelo de la Reserva Federal de Nueva York. Este modelo basado en la curva de rendimiento del Tesoro de Estados Unidos, subió bruscamente durante el año pasado, situándose ahora en el nivel más alto desde la Gran Recesión. Razón por la cual, los economistas y analistas se preocupan antes de que este pronosticador de recesión alcance el 100%, puesto que según Nicholas Colas, cofundador de DataTrek Research, “cualquier cifra superior al 30% es muy mala”.
El presidente del sistema de las Reservas Federales, Jerome Powell, dijo el mes pasado que esa institución debería recortar su tasa de interés de referencia en al menos un punto porcentual completo y reanudar su programa de compra de bonos de la era de la crisis para reducir el costo de los préstamos a largo plazo. Por lo general, estos movimientos sólo se consideran cuando la economía se enfrenta a una recesión sustancial.
Por su parte, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump renovó el miércoles su llamado a reducir las tasas de interés con fuertes críticas a la Reserva Federal, señalando en Twitter que ésta debería llevar las tasas a «cero, o incluso menos», con el argumento de que el país siempre debería pagar un interés más bajo, y que se podría estar desaprovechando una gran oportunidad gracias a la «ingenuidad de la Fed».
Mientras tanto en algunos países, como Alemania, Francia y los Países Bajos, los rendimientos de los bonos ya han caído por debajo de cero, un fenómeno nunca antes visto. El martes, el director ejecutivo de JPMorgan Chase & Co, Jamie Dimon, afirmó que el banco ha comenzado a discutir qué comisiones y cargos podría introducir si las tasas de interés llegan a cero o más bajas.
Un recorte de la magnitud que Trump pide no se ha producido desde la crisis financiera mundial a finales de 2008. En comentarios la semana pasada, Powell manifestó que la economía de los EEUU se enfrentaba a una perspectiva favorable a pesar de los riesgos significativos de un crecimiento mundial más débil y de la incertidumbre comercial.
El presidente Trump y funcionarios de la Casa Blanca han asegurado que no creen que Estados Unidos se dirija hacia una desaceleración, pero también han asomado otras opciones, como recortes de impuestos, para impulsar la economía.
El presidente Trump y funcionarios de la Casa Blanca han asegurado que no creen que Estados Unidos se dirija hacia una desaceleración, pero también han asomado otras opciones, como recortes de impuestos, para impulsar la economía.
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