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viernes, 7 de diciembre de 2018

El peligro que se advertía para el movimiento sindical con el ascenso de Chávez, Por Clavel Rangel

A 20 años del triunfo electoral de Hugo Chávez, las consignas por más democratización del movimiento sindical se quedaron cortas. Ahora exigen libertad.

Es diciembre de 1998 en Venezuela y Hugo Chávez acaba de barrer en las elecciones presidenciales. Un incipiente movimiento de trabajadores prochavista aparece en las páginas de los diarios principales diarios del país, y más concretamente en Correo del Caroní. No tienen suficiente fuerza, pero tampoco están en minusvalía. No son lo que serían 20 años después, publica Correo del Caroní.

En Guayana la privatización de la Siderúrgica del Orinoco (Sidor) y la propuesta de privatización de las empresas estatales del aluminio acaparan el debate del movimiento sindical. Los conocidos como paquetes neoliberales de los años 90 son parte de la discusión, y también el impacto de la caída del mercado mundial en la industria de las materias primas locales. Despidos masivos y discusión de nuevas jornadas de trabajo son algunos de los titulares.

Pero otra discusión también se cuela en esas páginas. Lo expone Lucas Matheus, veterano dirigente de La Causa Radical y compañero de Alfredo Maneiro (fundador del partido), en la sección de opinión de Correo del Caroní el 19 de diciembre de 1998.

“El 6 de diciembre pasado el pueblo venezolano, por una mayoría extraordinaria, se pronunció a favor de que se produzcan cambios profundos en las estructuras de poder que existe actualmente, independientemente de la certeza concreta acerca de la materialización de estos cambios. Ciertamente llama poderosamente la atención que mientras en todo el contexto de la sociedad soplan estos vientos de cambios, el movimiento organizado de trabajadores, no se ausculta ningún signo importante que indique que se van a producir transformaciones. Un hecho sumamente peligroso para los trabajadores de Venezuela”.

Peligroso. Una advertencia que partía de un contexto que Matheus resumía así: hay una crisis de partidos políticos, la corrupción de las cúpulas puede sepultar al movimiento sindical y el riesgo de que el poder estatal acapare a los sindicatos, nuevamente, está latente tal como en 1945 (después de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez), y tal como en 1958. “Los sindicatos dependientes del Estado no encajan en ningún esquema democrático, sino por el contrario en regímenes de corte autoritario”.

Y henos aquí 20 años después. El artículo de 1998 tenía un propósito: exponer la propuesta del Nuevo Sindicalismo por emprender unas elecciones universales, secretas y directas desde la base en la Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV). La eternización de los dirigentes en el poder y la falta de democracia interna, parte del reclamo del movimiento matancero, se quedarían en pañales en lo sucesivo.

“La gente después de la derrota de la Acción Democrática, venía con Hugo Chávez, estaba buscando un cambio y ese cambio se postergó”. Pero en el movimiento sindical, donde AD y Copei controlaban, “las mismas cúpulas siempre se resistieron a eso”, comenta Matheus, uno de los fundadores de La Causa Radical. “Se eternizan en los cargos, eso ocurre mucho en Latinoamérica” y mucho más en Venezuela donde los sindicatos nacieron a partir de los partidos políticos.

Pero a pesar de las deudas del movimiento sindical, Matheus no endosa toda la responsabilidad. “No quiero exonerarlos, pero hubo un avasallamiento”, básicamente porque el Gobierno concibió que los trabajadores tenían que ser apéndices del Gobierno. “No fue cualquier cosa esa fuerza constantemente para la organización sindical y popular”. Ha sido, en resumen, “un sometimiento continuo durante años para liquidar al movimiento, y no resistió esos embates”.

– ¿Y en qué sí tuvo responsabilidad el movimiento sindical?

– Este desastre que hay en la salud, por ejemplo, en el que grupos de poder dentro de los trabajadores adquirieron el HCM y dejaron de preocuparse por el IVSS. Cuando dejaron de preocuparse por eso, se fue a pique. Hasta que hoy quedaron sin el Seguro Social y sin el HCM. Eso era insostenible y solo era posible sostenerlo con una Venezuela saudita. El IVSS si era una opción sustentable pero eso no lo defendió nadie. Ocurrió como cuando el Gobierno asumió que los aumentos salariales eran por decreto y no por la lucha de los trabajadores, y ve en lo que se ha convertido el salario hoy. El trabajo está desvalorizado porque hay mucha gente que cree que el trabajo no conduce a nada. Es una tragedia.

Leer mas: https://www.lapatilla.com/2018/12/06/el-peligro-que-se-advertia-para-el-movimiento-sindical-con-el-ascenso-de-chavez/

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