Venezuela colapsó. ¿Quién podrá reconstruir lo que destruyeron los descendientes de Atila, el huno, y de Genserico, el vándalo? No se trata de hiperbolizar la catástrofe. Casi todas las dictaduras han exhibido algunos logros. La de Maduro solo arrasó con lo existente. Un nuevo gobierno tendrá una labor ciclópea. No podrá poner parches, sino iniciar de cero. Su equipo tendrá que ser conocedor del tema específico que corresponda, además de novedoso, apartado de viejos paradigmas y dispuesto a enfrentar críticas severas y resistencia por parte de las viudas del presente e incluso de algunas del pasado.
El primer reto será inspirar confianza, disminuir la inflación y lograr la paz laboral. Esto último será complejo, ya que los trabajadores de todos los sectores reclamarán aumentos para poder subsistir. Será difícil evitar las protestas, las cuales serán aupadas por los rojos. Además, ¿cómo reaccionarán muchos trabajadores del sector público que tendrán que ser despedidos porque están en exceso o no tienen las calificaciones mínimas ? ¿Cómo impedir que las protestas se vuelvan violentas, sin recurrir al uso excesivo de la fuerza y en la repudiable violación de los derechos humanos?
Las empresas del Estado están quebradas. Será difícil enderezar las otrora grandes empresas del petróleo, hierro, aluminio , petroquímica y energía eléctrica. Es inevitable discutir cómo se pueden recuperar. Hay dos opciones: 1- Mediante un cambio de gerencia, disminución del número de trabajadores e inyección de recursos financieros para darles mantenimiento, modernizarlas y aumentar la producción. En este caso, el nuevo gobierno tendría que endeudarse o sacrificar recursos que deberían ser destinados a educación, salud y servicios básicos. Esta opción tiene el riesgo de que otro gobierno las vuelva a utilizar como instrumento de proselitismo político. 2- Mediante su privatización, para lo cual habrá que vencer la resistencia interna de los trabajadores y de parte del sector político que todavía piensa que lo privado es pecado.
En los casos de la industria petrolera y de la petroquímica hay la ventaja de que existen empresas mixtas, por lo que el proceso de recuperación se debe facilitar. Es inevitable que el Estado venda sus acciones a los socios existentes y permita la creación de otras empresas privadas. Ello sería lo menos traumático y permitiría aumentar la producción y productividad con relativa rapidez. Debemos recalcar que la privatización nunca fue planteada en el pasado, ni es lo que particularmente hubiésemos deseado. La misma es el resultado de la injerencia política en el manejo del negocio.
En el caso petrolero, sería deseable que regresaran las empresas Exxon- Mobil y Conoco-Phillips, las cuales tienen tecnología, recursos humanos y músculo financiero. No será fácil convencerlas y previamente habrá que solventar las demandas. Los rojos no aceptan que quien debe tiene que pagar. Cometieron la estulticia e irresponsabilidad de violar lo acordado y ahora enfrentan consecuencias no deseables.
La agricultura debe ser prioritaria. El medio rural está devastado. Muchos han abandonado el campo por estar azotados por la delincuencia y las invasiones. Hay que ofrecer seguridad personal y jurídica, además de precios justos. Será necesario brindarle gran apoyo a los centros de investigación y de asistencia técnica. Igualmente se debe proceder con el sector industrial. El turístico deberá esperar hasta mejorar la seguridad.
Para que la recuperación sea sustentable hay que apuntalar a nuestras universidades, las cuales han sido maltratadas exprofeso. Hay que evaluar la calidad académica de las universidades no autónomas y aceptar que no es la masificación, sino la calidad de los graduados, la que nos permitirá ser competitivos. Hoy, los profesionales de la diáspora son reconocidos, pero nuestros recursos humanos se deteriorarán si no hay mayor apoyo a la educación preescolar, básica, diversificada, técnica y universitaria.
Falcón no podrá vencer el ventajismo y las trampas de la narcodictadura, tampoco convencerá a millones de votantes de que participen en la farsa de este domingo. Votar es el peor error que se puede cometer. Falcón puede ser un factor importante si se retira. De no hacerlo prolongará la estada de Maduro en MIraflores, ya que contribuirá a que la abstención no sea tan contundente y que el CNE asigne impúdicamente los votos. No queda otra que profundizar la crisis para salir de Maduro. Posteriormente, la resolución de los múltiples problemas tomará tiempo y solo se logrará si se firma un acuerdo político que incluya a disidentes del régimen que no sean corruptos, ni violadores de derechos humanos.
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En los casos de la industria petrolera y de la petroquímica hay la ventaja de que existen empresas mixtas, por lo que el proceso de recuperación se debe facilitar. Es inevitable que el Estado venda sus acciones a los socios existentes y permita la creación de otras empresas privadas. Ello sería lo menos traumático y permitiría aumentar la producción y productividad con relativa rapidez. Debemos recalcar que la privatización nunca fue planteada en el pasado, ni es lo que particularmente hubiésemos deseado. La misma es el resultado de la injerencia política en el manejo del negocio.
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