Respeto la decisión de quienes participarán del acto, pues así es la democracia, aceptar la opinión del otro. En este sentido, respaldamos a la población silente del país y le ofrecemos un espacio para canalizar sus denuncias y reclamos
El caos que vive el país se ha instalado en el alma del venezolano. La psiquiatra Rebecca Jiménez señala que desde hace unos 18 años vivimos un “proceso de despersonalización, de descalificación y de impotenciación” que nos anula como ciudadanos, como persona, para pensar única y exclusivamente en sobrevivir. El miedo y la desconfianza nos encierran en cárceles personales. Reprimidos y deprimidos.
Fue un trabajo de deconstrucción progresiva hasta darnos un jaque mate psicológico, social, económico, cultural y político. El régimen desmanteló el Estado e hizo añicos la institucionalidad, incluidos los liderazgos. Ante este panorama desolador las voces universitarias se dejan escuchar con la fuerza que les caracteriza porque es imposible continuar soportando el estado actual de cosas. A la universidad autónoma se la condena al atraso, a luchar contra sus propios demonios para afrontar las carencias y no perecer en el intento de servir al país de la mejor manera posible.
Como institución democrática, crítica y plural se solidariza con los venezolanos que no creen en la farsa de una elección presidencial para darle visos de legitimidad a un Gobierno totalitario que ha perdido el apoyo del pueblo, pero lo mantiene sometido con sus prácticas inmorales de control social. No obstante, respeto la decisión de quienes participarán del acto, pues así es la democracia, aceptar la opinión del otro.
En este sentido, respaldamos a la población silente del país y le ofrecemos un espacio para canalizar sus denuncias y reclamos. Para en conjunto hacer una revisión crítica de la situación y de la actuación ciudadana, sacar conclusiones que nos ayuden a organizarnos y presentar propuestas de solución a los problemas, pues en las luchas en el día de hoy y el tiempo por venir los individualismos están descartados.
La conjunción universidad-sociedad civil es indispensable para educar a la población en la lucha por el rescate de la dignidad y la voluntad de lucha por mejores condiciones de vida. Tomar el control de sus vidas. Los universitarios estamos aprendiendo de nuestros errores y a valorar nuestras raíces. Trabajar en medio de la nada que significa carecer de un presupuesto medianamente aceptable para el funcionamiento institucional y proporcionar al personal unas condiciones de vida que le permitan el ejercicio de sus funciones sin sobresaltos. Dedicarse a crear conocimiento y transferirlo a la sociedad sin limitaciones con sabor a censura.
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En este sentido, respaldamos a la población silente del país y le ofrecemos un espacio para canalizar sus denuncias y reclamos. Para en conjunto hacer una revisión crítica de la situación y de la actuación ciudadana, sacar conclusiones que nos ayuden a organizarnos y presentar propuestas de solución a los problemas, pues en las luchas en el día de hoy y el tiempo por venir los individualismos están descartados.
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