No quisiera estar en el pellejo de Nicolás Maduro. Su supuesta reelección se da en medio de la peor crisis que ha pasado la Venezuela republicana del último siglo y cada día que pasa, entre corrupción ineficiencia y sanciones, tiene menos dinero. Podrá imprimir billetes, pero no le servirá de nada, porque los bolívares, fuertes o soberanos, no valen absolutamente nada. Necesita dólares para traer la comida y las medicinas, que gracias al gobierno chavista, ya no se producen en el país.
Un estupendo reportaje de Nicholas Casey y William Neuman, corresponsal y ex corresponsal del área andina del New York Times, titulado “’Yo doy y tú das: el líder de Venezuela cambia comida por votos” demuestra cómo el régimen sigue en su línea estalinista de controlar al pueblo a través de la comida. Un enorme estrato de la población está siendo chantajeado para que vote por su hambreador. La ignorancia y la necesidad juntas son una mezcla patética.
Pero mi reflexión va hacia qué va a hacer la oposición de ahora en adelante. El analista Oswaldo Ramírez, en conversación con Nelson Bocaranda el lunes 21 de mayo comentaba que la victoria, si se podía hablar de ella, no había sido de Maduro, sino “de retruque” para el Frente Amplio.
Se está hablando de que en pocos días se anunciará la fecha de la nueva juramentación de Maduro. Por supuesto, lo hará frente a la Asamblea Nacional Constituyente, porque su presidencia es tan írrita como la ANC. ¿Pero por qué Maduro quiere juramentarse antes de enero de 2019? Como ellos no dan puntada sin dedal, me imagino que hay algo –sombrío como siempre- detrás de ese adelanto de fecha. ¿Será que quiere aprovechar para lanzar el referendo aprobatorio de la nueva constitución, en el marco de esta nueva ola de abstención, para refrendarla sin necesidad de hacer trampa?
El Frente Amplio tiene en este momento la oportunidad de oro de ponerse al frente del ochenta y pico por ciento del pueblo que quiere salir de este régimen, apoyado en la comunidad internacional que, visto está, continuará con las sanciones contra la cúpula chavista, cosa que aplaudo.
Tendría que prepararse para participar masivamente en una elección donde se le dirá “NO” a la constitución comunista, jugando con los mismos métodos del gobierno: alentando a la gente a votar masivamente (recordando que las trampas que hacen en ningún caso son electrónicas, sino manual), instalando “puntos azules” cerca de los centros de votación donde cada elector refrendará su voto en contra, con veedores internacionales que ratifiquen lo que atestiguaron. Incluso, iría más allá: propondría que todos nos sacáramos el carnet de la patria en masa.
Hay quienes tienen miedo de sacarlo porque alegan que el gobierno “sabrá todo de ellos”. A ellos les digo que si en algo es experto este régimen es en saber todo de todo el mundo, de manera que, si usted es de interés para ellos, se saque o no el carnet de la patria, lo averiguarán. Pero sacándonos el carnet en masa les tumbamos la estrategia con sus propias armas. De esa manera, el Frente Amplio podría tener una victoria frontal, clara y transparente a los ojos del mundo, no de retruque.
Aunque resulte increíble para muchos, pareciera que la salida pudiera ser electoral. Rechazamos la constitución comunista, se acaba la Asamblea Nacional Constituyente y Maduro queda desnudo, sin dólares, sancionado y presionado por todas partes.
No desechemos esta nueva oportunidad que se nos presenta…
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Aunque resulte increíble para muchos, pareciera que la salida pudiera ser electoral. Rechazamos la constitución comunista, se acaba la Asamblea Nacional Constituyente y Maduro queda desnudo, sin dólares, sancionado y presionado por todas partes.
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