Se instalaron mesas de trabajo sobre temas como la paz, respeto al Estado de Derecho y el establecimiento de un cronograma electoral. Proceso con mediación del Vaticano y Unasur en Venezuela.
Pese a que la noche del domingo comenzó un proceso de diálogo con el gobierno del Presidente Nicolás Maduro y se trazó una ruta a fin de buscar una salida a la crisis política que vive Venezuela, la oposición, sumida en divisiones internas, sigue viendo con desconfianza y escepticismo un buen término de estas negociaciones.
En la reunión de trabajo que se prolongó hasta la madrugada del lunes, representantes de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) y el gobierno acordaron establecer mesas de trabajo con deliberaciones sobre cuatro temas: paz, respeto al Estado de Derecho y la soberanía; derechos humanos y reconciliación; economía y sociedad, y el establecimiento de un cronograma electoral, según un comunicado de las partes, que también convinieron reunirse de nuevo el próximo 11 de noviembre, en Caracas.
El diálogo está auspiciado por el Vaticano y la Unasur, y una delegación internacional encabezada por el ex Presidente español José Luis Rodríguez Zapatero. A ellos se sumó ayer el subsecretario de Estado para Asuntos Políticos de EE.UU., Thomas Shannon, quien se reunió con Maduro en el Palacio de Miraflores. "Queremos alentar a que continúe este diálogo que está empezando en Venezuela", subrayó el portavoz del Departamento de Estado estadounidense, John Kirby.
La liberación de opositores encarcelados, la reactivación del referéndum para revocar el mandato de Maduro -cuya suspensión hace 12 días agravó la crisis- y elecciones anticipadas son algunas de las principales peticiones de la MUD. Pero pese a las palabras de Maduro durante la instalación de la mesa, quien afirmó su "compromiso total y absoluto" con el diálogo, el recelo de la oposición es enorme.
"De gestos concretos del gobierno dependerá que este diálogo tenga o no continuidad. Que se haya abierto no quiere decir que se va a paralizar la lucha", advirtió ayer el secretario ejecutivo de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), Jesús Torrealba, quien asistió a la reunión con el gobierno y resaltó como clave el rol del Vaticano: "Es urgente que haya un árbitro confiable porque la pelea es extremadamente desigual. Con réferi es peligrosa, sin réferi es suicida", dijo.
Torrealba señaló que, pese a las conversaciones, la oposición mantendrá su ofensiva, y reiteró que la Asamblea Nacional -de mayoría opositora- declarará a Maduro en "abandono" del cargo, acusándolo de la crisis y de incumplir sus funciones, en una sesión a la que fue llamado a comparecer hoy martes.
Un juicio político no está previsto en la Constitución y, en todo caso, la justicia declaró en "desacato" a la Asamblea Nacional, por lo que sus decisiones podrían ser consideradas nulas. La semana pasada, Maduro incluso amenazó con encarcelar a opositores si lo enjuiciaban.
Leer mas: http://diario.elmercurio.com/2016/11/01/internacional/internacional/noticias/FBC942B7-B90F-456E-BCB7-E89E26735AF3.htm
En la reunión de trabajo que se prolongó hasta la madrugada del lunes, representantes de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) y el gobierno acordaron establecer mesas de trabajo con deliberaciones sobre cuatro temas: paz, respeto al Estado de Derecho y la soberanía; derechos humanos y reconciliación; economía y sociedad, y el establecimiento de un cronograma electoral, según un comunicado de las partes, que también convinieron reunirse de nuevo el próximo 11 de noviembre, en Caracas.
El diálogo está auspiciado por el Vaticano y la Unasur, y una delegación internacional encabezada por el ex Presidente español José Luis Rodríguez Zapatero. A ellos se sumó ayer el subsecretario de Estado para Asuntos Políticos de EE.UU., Thomas Shannon, quien se reunió con Maduro en el Palacio de Miraflores. "Queremos alentar a que continúe este diálogo que está empezando en Venezuela", subrayó el portavoz del Departamento de Estado estadounidense, John Kirby.
La liberación de opositores encarcelados, la reactivación del referéndum para revocar el mandato de Maduro -cuya suspensión hace 12 días agravó la crisis- y elecciones anticipadas son algunas de las principales peticiones de la MUD. Pero pese a las palabras de Maduro durante la instalación de la mesa, quien afirmó su "compromiso total y absoluto" con el diálogo, el recelo de la oposición es enorme.
"De gestos concretos del gobierno dependerá que este diálogo tenga o no continuidad. Que se haya abierto no quiere decir que se va a paralizar la lucha", advirtió ayer el secretario ejecutivo de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), Jesús Torrealba, quien asistió a la reunión con el gobierno y resaltó como clave el rol del Vaticano: "Es urgente que haya un árbitro confiable porque la pelea es extremadamente desigual. Con réferi es peligrosa, sin réferi es suicida", dijo.
Torrealba señaló que, pese a las conversaciones, la oposición mantendrá su ofensiva, y reiteró que la Asamblea Nacional -de mayoría opositora- declarará a Maduro en "abandono" del cargo, acusándolo de la crisis y de incumplir sus funciones, en una sesión a la que fue llamado a comparecer hoy martes.
Un juicio político no está previsto en la Constitución y, en todo caso, la justicia declaró en "desacato" a la Asamblea Nacional, por lo que sus decisiones podrían ser consideradas nulas. La semana pasada, Maduro incluso amenazó con encarcelar a opositores si lo enjuiciaban.
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