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domingo, 23 de octubre de 2016
El terror y la ley, por Fernando Mires
Como supongo que el film alemán "Terror" no llegará muy pronto a los países de habla hispana, no me referiré a sus elementos cinematográficos, limitándome a exponer el dilema que plantea. Dilema que trasciende al film y lleva a una discusión política, jurídica y moral.
El film está inspirado en la obra teatral del conocido autor Ferdinand von Schirach quien además de novelista y dramaturgo es un destacado jurista. Su director, laureado en diversos festivales de cine, es Lars Kraume.
El tema: un comando terrorista ha logrado apoderarse de un avión de pasajeros y amenaza utilizarlo, al estilo 11- S, como arma mortífera en el estadio de Munich donde se encuentran 70.000 personas. Dos aviones de guerra intentan interceptar al avión de pasajeros, sin éxito. El piloto Lars Koch, al no recibir a tiempo las indicaciones, decidió disparar sobre el avión cuando este cruzaba los límites de la ciudad. Las 70.000 personas en el estadio de fútbol fueron teóricamente salvadas. Todos los pasajeros murieron. El piloto Koch fue detenido y de acuerdo a la legislación alemana, acusado de asesinato.
La decisión asumida por Koch fue de elemental sentido común. 164 personas deben morir a cambio de que 70.000 puedan salvarse. Sin embargo, desde un punto de vista jurídico el problema no es aritmético. Según la acusación, el aviador Koch se tomó la libertad de decidir quienes sí y quienes no deben morir. De acuerdo al muy brillantemente expuesto argumento de la fiscal -sacó a bailar hasta a Kant- el oficial no dejó ninguna posibilidad para que la contingencia decidiera. Por ejemplo, que los pilotos o los pasajeros hubieran impedido el atentado como ha ocurrido en un par de ocasiones. Koch argumentó que él no podía saber lo que sucedía en el avión. Luego, no podía hacer otra cosa sino elegir entre el mal menor y el mal peor.
La fiscal enrostró a Koch haber actuado según un simple criterio de contabilidad y no de acuerdo al principio constitucional que dice: "La dignidad de cada ser humano es intocable". Enfatizó que nadie puede ser sacrificado en aras de un objetivo superior (70.000 es muy superior a 164) y por lo mismo nadie puede utilizar a seres humanos como objetos sobre los cuales es posible decidir si vivirán o no. Koch en consecuencias, ha faltado a la letra de la Ley. Por lo mismo –finalizó- debe ser declarado culpable.
La argumentación del abogado defensor, no menos brillante, partió de la premisa de que no todo en la vida puede ser decidido de acuerdo a principios. Si eso fuera así –expuso- convertimos a los seres humanos en objetos de postulados, eliminando ese espacio de libertad del que cada ser dispone cuando llega el momento de enfrentarse a los dilemas de la vida.
Interesante: quien debía decidir sobre la culpabilidad de Koch era un jurado formado por ciudadanos corrientes, hecho que hace recordar levemente al legendario film protagonizado por Henry Fonda, "Doce hombres en pugna". Aún más interesante: los tele-espectadores, actuando como miembros de un virtual jurado, podían ejercer su voto mediante vía telefónica.
Leer más: http://www.talcualdigital.com/Nota/133936/el-terror-y-la-ley
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