La significativa desaceleración se produce comparando el primer trimestre de 2013 con igual período de 2012. Lo más llamativo es el derrumbe de la construcción.
Gran parte del desplome económico se explica por la desaceleración de la actividad petrolera, la principal fuente de ingresos del país. Mientras que en el primer trimestre de 2012 había crecido en un 2,2 por ciento, en lo que va del año lo hizo en un magro 0,9 por ciento.
Entre los sectores que directamente cayeron se destaca el caso de la construcción. La enorme diferencia entre un año y otro no sorprende, ya que en 2012, en el contexto de las elecciones presidenciales más complejas que había enfrentado Hugo Chávez hasta ese momento, la actividad creció impulsada por el plan Gran Misión Vivienda.
En esa línea se inscribe también la retracción de la industria manufacturera, que fue del 3,6 por ciento, luego de haber crecido 1,4 por ciento en 2012. Lo mismo ocurrió con transporte y almacenamiento, que cayó en un 2,3 por ciento, mientras que el año pasado había crecido en un 9,1 por ciento.
Las severas restricciones para acceder a los dólares necesarios para importar lo que no se produce en el país fue determinante en la caída de la industria, ya que la desabasteció de insumos irremplazables.
Que el resultado agregado de la economía no haya sido recesivo, sino de estancamiento, se debe a que algunos sectores específicos se mostraron más dinámicos.
Entre ellos los más destacados fueron instituciones financieras (31%), comunicaciones (6%), electricidad y agua (4,3%), servicios comunitarios, sociales y personales (4,2%), servicios del Gobierno general (3,4%) y comercio (3,4%).
InfobaeAmerica
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